El periodista israelí Haggai Matar, director del medio independiente +972 y miembro de la junta directiva del Sindicato de Periodistas de Israel, denuncia que los medios generalistas de su país han contribuido a deshumanizar a los palestinos ante los ojos del público israelí y creen que su deber es apoyar la guerra en Gaza, no criticarla.
En Israel se ha dado "una especie de profecía autocumplida de nuestro público, el cual no quiere oír historias sobre los palestinos. No se las damos y, entonces, los palestinos son deshumanizados por el gran público y, por lo tanto, no quieren oír hablar más" de ellos, cuenta Matar en una entrevista telefónica con EFE.
Matar explica que "al menos en las dos últimas décadas", las cuestiones de los palestinos en Jerusalén, Cisjordania ocupada o en Gaza "no se reportan como si se tratara de una cuestión nacional, no de la misma manera -dice- que se informa de las cuestiones de los judíos israelíes".
Tras recordar que "el periodismo contribuye a la formación de la imaginación colectiva", insiste en que, "la mayoría de las veces, los palestinos son presentados en un contexto negativo relacionado con el terrorismo, la violencia o los enfrentamientos", lo que ha dado forma a la visión que tienen los israelíes.
Por eso, en estos momentos "es muy, muy difícil" un cambio de rumbo, dice, porque "existen sistemas inherentes en las organizaciones de noticias para evitar ese tipo de reportajes", en parte "por miedo a la audiencia" que tampoco quiere leerlas o escucharlas.
Un lastre para entender la guerra
Además de contribuir a la deshumanización de los palestinos, esta cobertura mediática -sostiene Haggai- ha despojado a la audiencia de "las herramientas para entender lo ocurrido el 7 de octubre, una terrible e injustificable masacre", cuando Hamás atacó Israel y mató a unas 1.200 personas y secuestró a más de 250.
"No entienden de dónde viene, cuáles fueron las motivaciones y por qué algunos palestinos lo apoyan. Israel no tiene las herramientas para entender eso", explica.
Cuando el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres condenó "los horrendos y sin precedentes actos de terrorismo cometidos por Hamás en Israel el 7 de octubre", también dijo que dicha incursión, aunque injustificable, no había surgido "de la nada".
Unas declaraciones que encendieron los ánimos de ciudadanos y políticos israelíes, quienes pidieron su dimisión e incluso lo describieron como el "portavoz de Hamás".
Censura militar y entrega patriótica de los medios
Otra cuestión que Matar critica es que Israel "tiene unos medios de comunicación muy enlistados, que se ven a sí mismos como si tuvieran un papel patriótico".
Y argumenta que es normal escuchar a periodistas de los principales medios defendiendo que su papel es apoyar el esfuerzo de la guerra y levantar la moral. "Ya sabes, sólo contar historias positivas, no criticar al ejército ni la guerra".
Además, subraya que "es importante reconocer que hay un censor militar en Israel a quien los periodistas tienen que presentar las historias antes de publicarlas".
Un censor que, aunque no impide que los medios cuenten una historia, sí que se centra en cuestiones de seguridad, en la forma en que opera el Ejército o en los nombres o imágenes de soldados en servicio en unidades especiales.
"Eso es completamente inusual para mí y difícil de encontrar en una democracia", matiza.
Presión internacional
Ante esta situación, para Matar, la única manera de romper con este círculo vicioso es la presión internacional. El periodista recuerda cómo, durante la guerra de 2014 contra Gaza, el Ejército solo al final alentó, junto con la Oficina del Primer Ministro, a medios como el canal de televisión N12 a que "mostraran más sufrimiento en Gaza porque el liderazgo político y militar quería poner fin a la guerra".
Hasta ese momento "los israelíes no habían visto palestinos muertos", dice Matar. Sin embargo, aunque no descarta que en este conflicto ocurra algo similar, no lo ve a corto plazo, ya que "los dirigentes están muy interesados en continuar la guerra" y no se muestra "lo que están sufriendo los palestinos".
"Lo único que puede cambiar las cosas es la presión internacional. Cosas como las sanciones de Estados Unidos a los colonos, de repente, obliga a un debate sobre la violencia de los colonos que antes no tenía lugar", argumenta.
La petición de Sudáfrica a la Corte Internacional de Justicia, a su vez, "nos obligó, de repente, a escuchar pruebas sobre la hambruna y la sed masivas en Gaza", explica, algo inaudito hasta entonces para el espectador israelí.
"Así que estas son las cosas que realmente calan, aunque sea de manera limitada", concluye.