El grupo terrorista Estado Islámico (EI) prohibió la venta de prisioneras a ciudadanos ordinarios, de tal manera que solo pueden comerciar con ellas los combatientes que pertenezcan a esta organización, para evitar la fuga de las cautivas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que citó a activistas, informó este jueves de que los yihadistas amenazan con castigar a todo aquel que contravenga esta orden en los territorios que dominan en Siria.
Según la fuente, el Estado Islámico ha adoptado esta disposición después de que un iraquí comprara a dos prisioneras yazidíes a un yihadista, a cambio de 12.000 dólares por cada una de ellas, para luego entregarlas en secreto a su familia.
Después de esto, los radicales han prometido que tomarán represalias contra quienes estén implicados en la fuga de las cautivas o sepan algo y no lo comuniquen al grupo.
El Observatorio recordó que en septiembre ISIS anunció que iba a distribuir una prisionera a cada uno de sus milicianos discapacitados como consecuencia de los combates y bombardeos en el este de la provincia nororiental siria de Deir al Zur.
La ONG apunta que los extremistas han creado un mercado de esclavas en una de las zonas que controlan en Irak, donde las retiene en un centro escoltado por miembros del EI.
La venta de las mujeres capturadas, tanto en Siria como en Irak, se ha convertido en un negocio para los dirigentes y miembros del grupo terrorista, a través del cual consiguen grandes cantidades de dinero.
Esas mujeres son consideradas por los yihadistas como "botín de la guerra contra los herejes" y son en su mayoría yazidíes, minoría religiosa presente en el norte de Irak.