El grupo proiraní Resistencia Islámica en Irak reivindicó este domingo un nuevo ataque contra la base militar de Ain al Asad, que alberga personal estadounidense en el oeste del país árabe, en medio de la inesperada visita a Bagdad del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.
Esta amalgama de milicias iraquíes respaldadas por Irán dijo en un comunicado que la noche del domingo atacó la base de Ain al Asad con "cuatro granadas de mortero que alcanzaron su objetivo" y que, posteriormente, "los combatientes se retiraron de forma segura".
Hasta el momento, se desconoce si el ataque ha provocado daños o pérdidas humanas, si bien esta base -una de las más importantes de Irak- ha sido un objetivo recurrente de la Resistencia Islámica en las últimas semanas.
Este nuevo ataque tuvo lugar durante la visita sorpresa de Blinken a Bagdad, desde donde calificó como "totalmente inaceptables" este tipo de acciones, al tiempo que advirtió que Estados Unidos "tomará cualquier paso necesario para proteger" a su personal en Oriente Medio.
"Los ataques y amenazas de las milicias alineadas con Irán son totalmente inaceptables, y tomaremos cualquier paso necesario para proteger a nuestra gente", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense en una rueda de prensa desde Bagdad, donde se reunió con el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani.
Blinken aseguró que su prioridad es garantizar la seguridad del personal estadounidense, que ha sido objeto de una veintena de ataques en Irak y Siria desde el pasado 17 de octubre que han dejado al menos 21 heridos, según el Pentágono.
Precisamente, la Resistencia Islámica en Irak también reivindicó a primera hora de la tarde de este domingo un ataque con drones contra una base estadounidense en el noreste de Siria, mientras que la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que se produjo una explosión en la instalación, sin señalar si hubo víctimas.
El Pentágono anunció el pasado 31 de octubre su decisión de movilizar a otros 300 efectivos en Oriente Medio para evitar una escalada regional del conflicto, una medida que se suma a la efectuada el pasado 26 de octubre para desplegar otros 900 militares.