Beirut señaló que la ofensiva israelí que se prolonga por casi dos semanas deja casi 400 víctimas fatales y 1.383 heridos, sin contar a los militantes de Hizbulá lesionados y abatidos.
El número de civiles libaneses muertos en las casi dos semanas de combates entre Israel y la milicia chiita de Hizbulá es de 392 personas, a los que hay que añadir 1.383 heridos, informó el Gobierno libanés.
"No incluimos en estas cifras la de militantes de Hizbulá muertos", precisó el ministro del Interior Ahmed Fatfat, que dijo desconocer ese dato.
Tampoco precisó el número de muertos durante la jornada de este martes, entre los que hay que contar al menos nueve personas -siete de ellas de una misma familia- en un edificio de la ciudad de Nabatieh, según informó esta mañana el alcalde de esa localidad.
Por otra parte, el ministro aseguró que la ciudad de Bint Jebel, a solo tres kilómetros de la frontera y sometida a fieros enfrentamientos desde la jornada del lunes, "todavía resiste".
Por la mañana, fuentes israelíes aseguraron que la ciudad había caído en manos del ejército hebreo, versión que fue negado por Hizbulá con posterioridad.
"Según nuestras informaciones, los combates prosiguen en la localidad, así que no es cierto que haya caído", recalcó el ministro.
La ciudad, considerada uno de los principales bastiones de Hizbulá, contaba antes de los combates con unos 30.000 habitantes, si bien la mayoría tuvo que abandonar sus hogares ante los bombardeos de la aviación israelí.
El enclave que Hizbulá afirmó haber perdido es el de Marun al Ras, una estratégica colina situada junto a la frontera y desde la que se domina una gran extensión del sur libanés, donde se supone que la milicia chiita esconde sus arsenales y los refugios desde donde lanzan los cohetes "katiushas" y otros proyectiles contra el norte de Israel. (EFE)
