El grupo chií libanés Hezbolá lanzó este domingo la prometida respuesta al asesinato de su máximo comandante, Fuad Shukr, que llegó en forma de cientos de cohetes y drones contra el norte de Israel tras casi un mes de espera con ambos países sumidos en el miedo a una guerra abierta.
La venganza incluyó el lanzamiento de al menos 320 proyectiles contra once instalaciones militares diferentes, la mayoría cercanas a la frontera común, lo que buscaba "facilitar el paso de drones de ataque hacia sus objetivos designados en lo profundo" del territorio israelí, según un comunicado de Hezbolá.
El Estado judío cree que la intención del movimiento chií era alcanzar la base de Gilot, cerca de la ciudad mediterránea de Herzliya, en el centro, cercana a Tel Aviv y donde se ubican varias unidades de inteligencia del Ejército y la sede de su agencia para el exterior, Mosad.
Entre la lista de objetivos anunciados por Hezbolá, está la principal base de inteligencia aérea para el norte de Israel, en Merón, que ya fue atacada en varias ocasiones anteriores; así como cuarteles en los Altos del Golán ocupados, también considerados de envergadura.
Solo una respuesta inicial
La formación libanesa dio por concluida la operación "por hoy", pero alertó de que se trata solamente de una "primera fase" de su respuesta a la muerte de Shukr, alcanzado por un bombardeo israelí contra una edificio en los suburbios de Beirut el pasado 30 de julio.
Se trata de su baja de más rango en diez meses de hostilidades y la pérdida de otros comandantes de menor jerarquía ha despertado en el pasado al menos dos tandas de ataques, por lo que se esperan nuevos lanzamientos masivos para vengar a Shukr en los próximos días.
El inicio de la respuesta se produjo tras 72 horas especialmente intensas de ataques por parte de Israel, que ya preveía que se produjera a corto plazo tras casi un mes de demoras.
En medio de una intensificación de su campaña contra Hezbolá en el sur del Líbano, el Estado judío mató el viernes a siete combatientes del grupo con cinco bombardeos selectivos en un solo día, que además cerró con ataques aéreos contra objetivos vinculados también en Siria.
De hecho, pocas horas antes de la respuesta de este domingo, más de un centenar de cazas israelíes bombardearon varios puntos del sur del Líbano, en lo que el Ejército del Estado judío describió como ataques preventivos para frustrar una acción de Hezbolá que ya preveía "inminente".
Con ello, afirmó haber destruido miles de lanzaderas que apuntaban al norte y centro de su territorio.
Sin embargo, el movimiento libanés calificó de "infundadas" las alegaciones israelíes sobre el alcance de sus bombardeos preventivos y anunció que el líder del grupo, Hasán Nasrala, las tumbará esta tarde durante un discurso que no había sido anunciado hasta ahora.
El Ministerio de Salud Pública del Líbano confirmó tres bajas en dos de los bombardeos israelíes contra las áreas meridionales de Al Tiri y Khiam, una de las cuales ha sido reclamada por la formación chií Amal, aliada de Hezbolá.
Esfuerzos de desescalada
Las últimas casi cuatro semanas a la espera de una respuesta al asesinato de Shukr ya habían despertado intensos contactos internacionales para evitar una mayor escalada, la suspensión de un gran número de vuelos a Beirut y llamados de las embajadas para que sus ciudadanos abandonaran el Líbano.
Todo ello se volvió a renovar este domingo, con compañías como la jordana Royal Jordanian anunciando nuevas suspensiones en sus rutas a la capital libanesa y la cancelación de una serie de vuelos principalmente desde ciudades de la región y sus alrededores.
Sin embargo, la Aviación Civil libanesa ha asegurado que, pese a ello, las operaciones continúan con normalidad en el Aeropuerto Internacional Rafic Hariri, el único del país.
Mientras tanto, se han acelerado los contactos para tratar de contener la situación y los llamados a la desescalada, entre otros por parte de la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) y de la oficina de las Naciones Unidas en el país.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, confirmó también durante una reunión ministerial de emergencia que "está realizando una serie de llamadas con los amigos del Líbano para detener la escalada", de acuerdo con un comunicado gubernamental.
También reafirmó su apoyo a las negociaciones en marcha en El Cairo para alcanzar un alto el fuego en Gaza, vistas como la única salida también a la violencia en el Líbano y como la clave para evitar el potencial conflicto que planea sobre Medio Oriente desde hace un mes.