De entre los miles de libaneses que este domingo salieron a las calles para dar la bienvenida al papa León XIV con banderas del Vaticano y del Líbano, muchos esperan que su visita se traduzca en el fin de la violencia en el país y que ayude a abrir una nueva era de paz.
Su visita se desarrolla precisamente bajo el lema oficial "Bienaventurados los que hacen la paz" y se produce apenas tres días después de que se cumpliera un año de alto el fuego con Israel, en medio de una continuación de los ataques contra el Líbano y de menciones a este asunto entre los participantes.
"Significa mucho para nosotros porque lo estamos pasando mal, significa que Oriente, primero de todo, no se sienta excluido y que sepa que Dios está con nosotros. Él es la representación de Jesús en la tierra y esperemos que nos traiga paz", dijo a EFE Randa Qossayir, de 45 años.
La mujer fue una de las más de cien personas seleccionadas para representar a sus parroquias durante la ceremonia de bienvenida al pontífice en el Aeropuerto Internacional de Beirut, a donde llegó a primera hora de la tarde procedente de Turquía para el segundo tramo de su debut internacional.
"Para ser sinceros, hemos tenido suficientes guerras. Desde que nacemos hasta que morimos estamos viviendo en guerra y bajo estrés psicológico, es hora de que descansemos", agregó Qossayir.
Para ella, haber tenido la oportunidad de estar en presencia del santo padre supuso un momento especialmente fortalecedor, pues ha estado luchando contra el cáncer y ha pasado un "muy difícil".
"Siento la fuerza estando aquí, especialmente cuando vino frente a nosotros y nos bendijo, sentimos como que estábamos volando", relató la creyente.
El papa fue recibido a los pies de su avión por una comitiva oficial encabezada por el presidente libanés, Joseph Aoun, y saludado con 21 cañonazos, antes de atravesar la carpa erigida en plena pista de aterrizaje para acoger a la Guardia Republicana y el público elegido para la ocasión.
Entre ellos también estaba Jane Haswani, de 35 años, quien fue seleccionada como parte de la Asociación de Guías del Líbano.
Según comentó a EFE, su organización es la que se encarga de las gestiones sobre el terreno para el encuentro con jóvenes que tendrá lugar este lunes, en la plaza de la sede del patriarcado maronita en Bkerke, al norte de Beirut, y para la misa multitudinaria prevista un día más tarde.
"Como jóvenes del Líbano y jóvenes que están activos en la Iglesia, estamos contentos de tener a la cabeza de la Iglesia aquí y de que sea testigo del trabajo que hace la gente joven en el corazón del Líbano", aplaudió Haswani.
Si bien dentro del aeródromo solo se permitió a este grupo reducido, varios miles más de libaneses se congregaron en las carreteras que suben al Palacio Presidencial en Baabda para saludar al pontífice en su camino a mantener una serie de encuentros con los líderes políticos del país.
En el tramo de trayecto que cruzó los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, le esperaron cientos de niños de los Scouts Imam Mahdi, una asociación afiliada al grupo chií libanés Hizbulá, que la víspera había denunciado la violencia de Israel en una carta abierta al papa.