El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió nada más llegar a Nueva York para participar este viernes en la Asamblea General de la ONU que su país "seguirá golpeando" al grupo chií libanés Hizbulá "con todo su poder", y que no parará "hasta alcanzar todos nuestros objetivos", en declaraciones a los periodistas en la misma pista del aeropuerto.
Con esas palabras, Netanyahu echa por tierra las esperanzas que surgieron el miércoles de una tregua de 21 días, una iniciativa que promueven EE.UU. y Francia y que cosechó el apoyo de al menos 10 países.
"Nuestra política es clara, y que nadie se llame a engaño", insistió Netanyahu, que definió su objetivo principal: el retorno de los residentes del norte de Israel a sus hogares, en referencia a los 67.000 desplazados por los combates.
Poco antes, y aun en el avión, envió un mensaje insistiendo en que su país aún no había aceptado esa oferta de tregua temporal, que en principio solo regiría en el Líbano, pero no en Gaza.
Sobre su mensaje mañana a la Asamblea General, el primer ministro, que viaja con su esposa, Sarah, dijo que se presentará en el recinto con familias de rehenes en manos de Hamás, para demostrar que "no les hemos olvidado ni un minuto".