El gobernante árabe defendió su implacable actuar ante los rebeldes y descartó dejar el poder.
"No nací en Occidente para que me vaya a Occidente o a otro país", manifestó.
El presidente de Siria, Bachar al Asad, afirmó que no es una "marioneta", que no abandonará su país y que debe morir en él.
"No soy una marioneta. No nací en Occidente para que me vaya a Occidente o a otro país. Soy sirio, he nacido en Siria. Tengo que vivir y morir en Siria", dijo Al Asad en una entrevista con el canal de televisión ruso RT que emitirá mañana viernes, pero que hoy adelantó algunos fragmentos.
En la entrevista, Al Asad afirma que no cree que Occidente vaya a intervenir en su país, pero si eso llega a ocurrir "nadie puede decir quién será el siguiente", advirtió.
"Pienso que el precio de esa invasión, de producirse, será más elevado de lo que todo el mundo puede permitirse", comentó el gobernante, que defendió a su país como "el último baluarte de la sociedad secular, la estabilidad y la coexistencia en la región".
Al Asad advirtió además que los acontecimientos en Siria pueden desencadenar un "efecto dominó que influirá en todo el mundo, desde al Atlántico hasta el Pacífico".
La ambigua posición rusa
Las declaraciones de Al Asad al canal ruso se producen en momentos en el que ese país reconoció tener asumido que el gobernante sirio no dejará el poder y que luchará hasta el final contra la oposición armada que busca desbancar a su régimen, en un conflicto que se extiende por más de un año y medio, desde marzo de 2011, con un saldo de 27 mil muertos.
"Al Asad no se irá a ninguna parte. No se le puede convencer. (...) Al igual que la oposición, ahora quiere luchar hasta la victoria", dijo el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una entrevista publicada hoy en la página web de su cartera.
El titular de la Cancillería rusa -cuyo Gobierno junto con el de China han repetidamente rechazado sancionar al régimen- manifestó que "la oposición es instigada por Occidente, mientras que Al Asad quiere pelear hasta el final, aunque allí no puede haber victoria".
Hoy también, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, admitió que la organización se ve desbordada para asistir a los civiles sirios ante el "grave empeoramiento" de la violencia en el país.
