El gobierno hebreo prepara una serie de disposiciones tendientes a expresar el apoyo al presidente palestino, para lo que se barajan distintas posibilidades en los planos diplomático, económico y de seguridad.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ultima el paquete de medidas de "buena voluntad" que ofrecerá al presidente palestino, Mahmud Abás, en la cumbre que celebrarán el lunes en el balneario egipcio de Sharm el Sheij.
Fuentes del gobierno confirmaron que "el paquete deberá ser aprobado por el Consejo de Ministros en la sesión del domingo" y que se barajan distintas posibilidades en los planos diplomático, económico y de seguridad.
Olmert y Abás, en el primer encuentro entre ambos después de la sublevación de Hamas en la franja de Gaza, estarán arropados por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el rey de Jordania, Abdala II.
El objetivo es expresar a Abás el apoyo de los tres países con los que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tiene fronteras, y las "medidas de buena voluntad" con las que Israel trata de apuntalar el nuevo gobierno que preside Salam Fayad.
En el plano diplomático, "Israel ofrecerá a la ANP reanudar los contactos políticos con el nuevo gobierno palestino", dijeron las fuentes, después de un paréntesis de más de un año por la participación de Hamás en el ejecutivo, período en el que todas las relaciones se canalizaban a través de la presidencia.
El diario Haáretz puntualiza que la reanudación de estos contactos depende de que Fayad acepte la "Hoja de Ruta" como vía de solución al conflicto palestino-israelí, rechace públicamente la violencia y muestre su disposición a respetar los acuerdos firmados hasta ahora.
En el plano económico, se espera que Israel proceda a la descongelación de unos 600 millones de dólares que retiene a la ANP en concepto de impuestos y tasas de aduana.
Una fuente del Ministerio de Exteriores dijo que el Consejo de Ministros estudiará "si se traspasa todo el dinero o solo una parte", pendiente la otra de los desarrollos en el terreno.
Israel también ofrecerá a la ANP alentar juntos las inversiones árabes en Cisjordania para la construcción de parques industriales que den trabajo a la población.
En cuanto a las medidas de seguridad el ofrecimiento que se plantea es mucho menos generoso.
Por un lado, las fuentes descartaron en estos momentos la posibilidad de dejar en libertad a presos palestinos en cárceles israelíes, una concesión que Abás lleva pidiendo más de dos años y que Israel rara vez ha satisfecho.
Igualmente, Israel se muestra receloso de levantar los controles militares en Cisjordania que impiden el libre movimiento de personas y mercancías.
"Tenemos el plan 'Benchmark' del asesor de seguridad de Estados Unidos (en la zona) y queremos que Israel lo aplique", dijo el jueves el asesor del presidente palestino, Yaser Abed Rabo.
Altos mandos israelíes se oponen a un levantamiento generalizado de estos controles, y apoyan únicamente una retirada "tolerable".
También se estudia la posibilidad, según Haaretz, de suspender las actividades de captura de militantes de Al Fatah en Cisjordania por parte del Ejército israelí y de permitir a Estados Unidos que suministre nuevas armas a la ANP.
Estos dos asuntos, según el diario, ya han sido tratados a principios de semana en una reunión entre altos mandos de ambas partes, en la que los palestinos expusieron sus necesidades en la nueva coyuntura regional. (EFE)
