Al menos 1.443 personas murieron en Siria por los bombardeos de la aviación del régimen de Bashar al-Assad durante julio, el mes con el mayor número de fallecidos por este tipo de ataques en lo que va de año, informó este sábado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
De esos muertos, al menos 791 eran civiles -207 menores, 140 mujeres y 444 hombres- y 652 eran combatientes de facciones rebeldes, el frente al-Nusra (filial siria de al-Qaeda) y el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Además, más de 3.000 personas resultaron heridas y miles se han visto obligadas a desplazarse de sus hogares.
Los bombardeos se registraron en 13 de las 14 provincias sirias. La única que no fue escenario de ataques es Tartus, en la costa mediterránea y uno de los feudos del régimen.
Al menos 3.019 bombardeos fueron perpetrados por aviones militares, mientras que helicópteros castrenses arrojaron 3.654 barriles de explosivos.
El Observatorio recordó que durante este mes el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, visitó Damasco para explicar a las autoridades el resultado de sus consultas en Ginebra con las distintas partes para encontrar una salida al conflicto, que dura ya más de cuatro años.
El miércoles, la ONU propuso un nuevo proceso de negociaciones para terminar con la guerra en el país árabe sobre las bases del Comunicado de Ginebra, un documento acordado hace tres años para impulsar un cese de las hostilidades y una transición política.
Más de 230 mil personas han fallecido en Siria desde el inicio de la contienda, en marzo de 2011, según el saldo del Observatorio.