Alemania y EE.UU. presionan a Rusia para aprobar resolución sobre Siria

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Autor: Cooperativa.cl

Bombardeo del viernes deja más de 260 muertos, según la oposición.

Hillary Clinton exigió que acabe "el derramamiento de sangre".

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Estados Unidos y Alemania redoblaron sus presiones para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas apruebe una resolución sobre Siria, mientras Rusia sigue exigiendo modificaciones del texto.

El debate entre los titulares de Relaciones Exteriores de estos tres países se produjo en la segunda jornada de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), el "Davos" de la política exterior y la defensa, que congrega desde ayer y hasta el domingo a decenas de ministros, militares, empresarios y expertos en seguridad de más de 70 países.

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, instó al Consejo de Seguridad a acordar con urgencia una resolución que "exprese la voluntad de la comunidad internacional", lo que provocó el aplauso de la audiencia.

La secretaria de Estado exigió que acabe "el derramamiento de sangre" que está teniendo lugar en Siria, un país en el que el régimen de Bachar al Asad "tiraniza a su propia gente" y abogó por un "futuro democrático" para ese país.

El ministro Guido Westerwelle, aseguró como miembro no permanente del Consejo de seguridad que es "necesario" aprobar esta resolución y consideró que los encuentros bilaterales en el marco de la MSC podrían facilitar el consenso final.

"Es tiempo de una declaración común sobre Siria. No podemos olvidar que mientras nosotros nos ponemos de acuerdo, hay personas que están perdiendo la vida", aseguró.

Por su parte, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, reiteró en su intervención en este encuentro que la exigencia de Moscú de que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU condene también la violencia de los militares rebeldes.

"La propuesta de resolución condena la violencia del Ejército sirio, pero debe condenar también la que ejercen los militares rebeldes", aseguró Lavrov, que se mostró crítico con la actuación del Ejército Libre Sirio (ELS).

El titular ruso indicó que en el borrador de resolución que se está estudiando en Nueva York se detallan "demandas muy específicas" para el régimen de Al Asad, pero que no para los militares rebeldes que recurren a la violencia también contra civiles y edificios gubernamentales.

Además, Lavrov consideró que también se debe modificar en la resolución la hoja de ruta indicada para desarrollar el denominado "diálogo nacional", que sigue el calendario propuesto por la Liga Árabe, al considerarla no adecuada y difícilmente aplicable.

"No es que esta resolución no tenga futuro. Pero debemos modificar estos dos problemas", añadió.

El ministro ruso desdeñó asimismo las críticas contra Rusia por bloquear en el Consejo de Seguridad el aumento de la presión internacional contra el régimen sirio, tras diez meses de protestas y alrededor de 6.000 muertos, según los cálculos de Naciones Unidas.

"No somos amigos ni aliados de Asad. Nosotros apoyamos el llamamiento de cambio del pueblo sirio", subrayó Lavrov, que a continuación habló de los conceptos de no injerencia en asuntos internos y de diálogo sin requisitos previos.

La escalada de Siria y el programa nuclear iraní han acaparado la atención de los participantes la MSC, sobre la que planean también las sombrías consecuencias de la crisis, que ha obligado a EEUU y a Europa a recortar sus presupuestos en defensa, intentando mantener a la vez su influencia militar global y sus estándares de seguridad.

El secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, también presente en la cita, agregó que los recortes buscan un ejército más reducido, pero a la vez más eficiente, inteligente y flexible, con lo que seguirá siendo "el más poderoso del mundo", para seguir defendiendo "los intereses nacionales y de sus aliados".

La MSC, una iniciativa privada con 48 años de trayectoria, ha congregado desde ayer y hasta el domingo a decenas de ministros, militares, empresarios y expertos en defensa y seguridad de más de 70 países.

La agenda de esta edición está centrada, además de en Irán y Siria, en el conflicto entre israelíes y palestinos, la seguridad energética global, y la posición de Europa en el concierto internacional a raíz de la crisis económica y del despegue asiático de la mano de China.

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