El director general de Antigüedades y Museos de Siria, Mamum Abdelkarim, confirmó el ataque del grupo terrorista Estado Islámico (EI) a tres emblemáticas torres funerarias en la ciudad arqueológica de Palmira.
En declaraciones a la agencia oficial de noticias siria, Sana, Abdelkarim aseguró que residentes de esa ciudad, así como las imágenes por satélite captadas este mes de septiembre por la Universidad estadounidense de Boston, confirman que los extremistas volaron por los aires tres de las torres más importantes de Palmira.
El director general de antigüedades sirio destacó "el valor histórico de estos monumentos funerarios", que se remontan a diferentes periodos que van desde el año 44 hasta el 103 d.C.
Una de las torres es la tumba de Ketut, construida en el año 44 d.C.; y la segunda, levantada en el año 83, acoge los restos de Gemlik y se encontraba en "muy buenas condiciones de conservación", según Abdelkarim.
Por último, la tumba del Dios Bel, del año 103 d.C., contaba con cuatro plantas, todas ellas en un "excelente estado de conservación", según el director.
La fuente no informó sobre la fecha de la destrucción ni ofreció más detalles del estado actual de las demás construcciones arqueológicas ubicadas en la ciudad.
En declaraciones a Efe, el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdelrahman, confirmó la destrucción de la tres torres, aunque especificó que fueron atacadas por el EI a la vez que el templo de Bel.
Hace unos días, la ONU confirmó la destrucción del edificio principal de Bel, el segundo templo de Palmira que los extremistas han atacado en agosto, tras hacerse con el control total del área arqueológica el pasado mes de mayo.
El Estado Islámico dinamitó el histórico templo de Bel en Palmira el 23 de agosto, después de haber colocado gran cantidad de explosivos en el monumento de 2.000 años de antigüedad, situado a decenas de metros del teatro romano.
Palmira, cuyas ruinas grecorromanas están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es considerada una reliquia única del siglo I a. C. y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano por las columnas de su famosa calle principal y por sus templos, entre ellos el de Bel.
La localidad fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.