Damasco, Alepo y otras localidades son el escenario de la guerra.
Observadores de la ONU intentan reanudar su labor en medio de los enfrentamientos.
Más de medio centenar de personas murieron este jueves en Siria en combates entre las fuerzas oficialistas y opositoras, registrándose bombardeos en Alepo, localidades periféricas de Damasco y en la provincia meridional de Deraa.
Se
gún el la cifra entregada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 57 personas fallecieron en esta jornada, aunque los grupos opositores agrupados en los Comités de Coordinación Local (CCL) elevaron a 90 la cifra de víctimas.
En Yalda perecieron al menos 16 civiles, entre ellos cinco menores y cuatro mujeres, y decenas resultaron heridos debido a los intensos bombardeos de las fuerzas gubernamentales, según denunció la oposición. Otras localidades de la periferia de Damasco también sufrieron bombardeos desde helicópteros, como Al Moadamiya y la zona de Sayeda Zeinab.
La misma capital fue víctima de los enfrentamientos entre los rebeldes y el ejército, que afectaron principalmente al barrio de Hayar al Asuad y al campo de refugiados palestinos de Al Yarmuk.
En Al Agamy en Deraa fueron hallados entre 12 y 22 cadáveres, después de que la zona fuera escenario de intensos bombardeos desde la víspera.
Mientras en la ciudad de Alepo, convertida este jueves en el principal campo de batalla, los enfrentamientos causaron entre 11 y 19 muertos.
Restricciones a la prensa, no han permitido confirmar el alcance de los combates.
En medio de la violencia, el jefe de los cascos azules, Hervé Ladsous, y el responsable de los observadores en Siria, Babacar Gaye, continuaron hoy sus contactos sobre el terreno para reanudar la labor de la Misión de Supervisión de la ONU en este país.
