La ONU denunció este martes los altos niveles de "tragedia y desesperación" que sufre la población de Siria por el conflicto armado en el país, con ataques "indiscriminados" contra civiles y unas 400.000 personas sitiadas.
"El nivel creciente de los combates y la violencia han creado en las últimas semanas un enorme impacto humanitario", afirmó el vicesecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O'Brien, en una exposición ante el Consejo de Seguridad.
El máximo órgano de decisiones de la ONU se reunió hoy para analizar este tema, presidido por España, y al final de la reunión se renovaron los llamamientos para respetar las vidas de los civiles por el conflicto armado que se desató en 2011.
O'Brien afirmó que el fracaso de las partes para respetar los más básicos derechos humanos internacionales ha generado que sus habitantes sufran "unos niveles de tragedia y desesperación que apenas se podrían haber imaginado hace cinco años".
De acuerdo con los cálculos actuales, cerca de 6,5 millones de personas se han visto desplazadas de sus hogares y se encuentran en otros lugares dentro del país, y 4,2 millones han abandonado Siria para buscar refugio en otras naciones.
O'Brien dijo que, por ejemplo, de las 680.000 personas que han llegado a Europa cruzando el Mediterráneo en lo que va de año, la mitad de ellas son de nacionalidad siria. "Tienen el derecho de buscar asilo sin ningún tipo de discriminación", agregó.
De acuerdo con estas cifras, 13,5 millones de personas dentro de Siria necesitan algún tipo de asistencia o de protección, con un aumento de 1,2 millones en lo que va de año. "Más de seis millones de ellos son niños", afirmó el alto funcionario de la ONU.
Ataques a civiles y asistencia de la ONU
O'Brien afirmó que "continúan con impunidad" los "ataques indiscriminados" contra áreas pobladas por civiles, incluyendo la ciudad de Alepo y sus alrededores, y denunció que el asedio a muchos lugares sigue utilizándose en Siria como método de guerra.
"Calculamos que 393.700 personas están bajo asedio en Siria", afirmó. De ellas, 200.000 personas están sitiadas por el grupo radical Estado Islámico (EI) en la ciudad de Deir al Zur.
O'Brien pidió ante el Consejo de Seguridad que se exija un acceso "continuado, predecible y sin impedimentos" para que puedan desplazarse por el país las distintas agencias de asistencia de la ONU.
"En lo que va de año -agregó- sólo 23 de las 85 peticiones para el desplazamiento de convoyes hechas por la ONU han sido aprobadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria".
Después de la reunión, el jefe de la misión de España ante la ONU, Román Oyarzun, cuyo país preside este mes el Consejo de Seguridad, dijo: "Esta escalada tiene que parar".