La renuncia del Gobierno yemení es "definitiva e irreversible", dijo este jueves el primer ministro dimisionario, Jaled Bahah, antes de añadir que ese Ejecutivo ya no es responsable de administrar los asuntos diarios del país.
"El Gobierno tecnócrata insiste en que presentó su dimisión y que no se responsabiliza de los asuntos del país", subrayó Bahah en un comunicado publicado en su cuenta de Facebook.
También explicó que el motivo de la renuncia, efectuada el pasado 22 de enero, fue para expresar "su profunda insatisfacción por el golpe de Estado llevado a cabo por el movimiento Ansar Alá".
Bahah se refiere a la toma de control por el movimiento chií de los hutíes del palacio presidencial el 19 de enero.
Ellos "son los responsables de que se detuviera el funcionamiento del Estado y del Gobierno, así como la transición política en el país", agregó.
Bahah acusó asimismo a los hutíes de intentar asesinarle ese mismo día, cuando un grupo armado disparó contra su convoy, y de asediar las viviendas de varios ministros impidiéndoles la salida.
Eso es algo, dijo, que "nunca antes se registró en la historia política del Yemen".
Bahah criticó también el control impuesto por los hutíes a los medios de comunicación estatales, su intromisión en los asuntos gubernamentales y la captura por la fuerza de varias provincias.
Cuando presentó su renuncia, Bahah explicó que se veía incapaz de reconducir "el laberinto político" en el que se perdió Yemen y "en el que no rige ninguna ley ni reglamento".
Está pendiente una reunión del Parlamento yemení para decidir sobre la renuncia del presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, que dimitió el mismo día que Bahah, aunque hay voces que piden su continuación.
Los combatientes chiíes se hicieron con el control en los últimos meses de siete provincias del Yemen, incluida su capital, donde se recrudeció la tensión esta semana con el ataque a las sedes presidenciales.