El izquierdista Andrés Manuel López Obrador juró este sábado como nuevo presidente de México, y recibió la banda de manos del mandatario saliente, Enrique Peña Nieto, ante un Congreso en el que se reunieron diputados, senadores y autoridades internacionales.
López Obrador se convirtió en el primer presidente de izquierda que tiene México en 36 años, y que marcó una ruptura en el régimen político que ha dominado dicho país, sobre todo por las problemáticas de corrupción.
Cumplió su objetivo de llegar a la presidencia tras perder las elecciones en dos ocasiones anteriores -2006 y 2012-, la última por acusaciones de fraude electoral.
"Me comprometo a no robar y dejo en claro que si mis seres queridos cometen un delito, deberán ser juzgados como cualquier otro ciudadano. Solo respondo por mi hijo Jesús, por ser menor de edad", declamó enfático en su discurso.
AMLO -sigla con la que se lo suele referir- acusó al actual modelo económico que, a su juicio, fracasó completamente, y que llevó a esta "inmunda corrupción pública y privada", que ha potenciado la inseguridad y violencia que padece el país.
El nuevo mandatario remarcó que "por mandato del pueblo, iniciamos hoy la cuarta transformación política de México. Puede parecer pretencioso o exagerado, pero hoy no solo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político".
Sobre "la deshonestidad de los gobernantes"
López Obrador, de 65 años, es conocido por su compromiso con los más pobres y aprovechó su discurso presidencial para ratificar las promesas electorales contra la corrupción y la impunidad. "Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes", sostuvo.
"A partir de ahora se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical, porque se acabará con la corrupción y la impunidad que impiden el renacimiento de México", subrayó.
El líder izquierdista aseguró conducir al país a lo que él denominó como "cuarta transformación" y convertir la "honestidad" como forma de vida.
Las primeras medidas
Desde que arrasó en las elecciones en julio pasado, AMLO decidió tener un discurso más cauto y no tan "violento" contra la política y economía que tenía el país. Por eso, ya sometió a consulta popular la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México y propuestas populares como la construcción del Tren Maya y una nueva refinería de petróleo en Tabasco.
También anunció que en dos años y medio se someterá a una consulta popular de revocación para que se decida si debe o no concluir su mandato de seis años que vencerá el 1 de diciembre de 2024.
Aunque ha defendido un enfoque pacifista contra la violencia del narcotráfico y está estudiando despenalizar algunas drogas, decidió no retirar al Ejército de las calles, que desde la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) se encarga de la seguridad pública, en la llamada "guerra contra las drogas".
En relación con Estados Unidos, su vecino del norte, ha anunciado que será "amigo de todos los pueblos y Gobiernos del mundo", lo mismo en referencia a Venezuela, aunque su mención a Nicolás Maduro provocó manifestaciones de protesta en el hemiciclo.