Las "medidas coercitivas unilaterales", como llama la ONU a las restricciones financieras aplicadas a Venezuela, principalmente desde Estados Unidos, se han convertido en la única razón que sostiene el gobierno de Nicolás Maduro cada vez que se le interpela por la severa crisis económica.
Sin embargo, las sanciones se vuelven una excusa y no una causa en medio del empobrecimiento nacional que es ocasionado por múltiples factores, entre los que destacan varias decisiones gubernamentales, las presiones de la oposición y el doble discurso que proviene de ambos bandos.
En medio de este juego político, el 80 por ciento de los venezolanos continúa en pobreza extrema, un estado de necesidad en el que, además, parece imposible encontrar a los culpables para castigarlos y es todavía más utópico notar aspectos de mejora en el corto o mediano plazo.
¿CUÁNDO COMENZÓ ESTO?
Aunque en la última década Estados Unidos ha sancionado a decenas de altos representantes del chavismo, no fue hasta 2017 que estas restricciones se convirtieron en medidas contra el país, que para entonces ya estaba en hiperinflación, con una crisis de legitimidad gubernamental y un éxodo que movilizaba a cientos de miles de personas.
En 2014 Washington firmó una orden ejecutiva en la que se consideraba a Venezuela una amenaza inusual, una declaración política que no restringía la actividad económica del país petrolero hasta que, tres años después, empezó a tener problemas para comercializar su crudo debido a una sanción generalizada.
Sin embargo, según la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), esos problemas fueron sorteados hasta 2019, cuando EE.UU. prohibió a personas naturales o jurídicas realizar cualquier intercambio comercial con la estatal petrolera Pdvsa o sus filiales.
¿QUIÉN GANA CON LAS SANCIONES?
También en 2017, cuando cientos de miles de venezolanos protestaban en las calles contra lo que consideran una dictadura, aumentaron las medidas restrictivas contra el chavismo, algo que la oposición celebraba, pues consideraba que esto contribuía con la causa del cambio político a la fuerza.
Maduro fue reelegido en 2018, en medio de unas elecciones señaladas de fraudulentas, y la presión internacional aumentó, con numerosas sanciones contra su círculo más cercano, que desde entonces tiene prohibiciones para hacer negocios en varios países de América y Europa.
Sobre ese terreno llegó el año 2019 y el entonces jefe del Parlamento, Juan Guaidó, se autoproclamó presidente encargado, invocando artículos constitucionales y con el respaldo de una cincuentena de naciones. En adelante, se multiplicaron las sanciones contra el chavismo, que eran ahora parte de la política exterior del que los opositores llamaron "gobierno interino".
No obstante, en el último año se abrió una división en la unidad opositora que giraba en torno a Guaidó y, conforme el ahora ex diputado va perdiendo apoyos extranjeros, cada vez son más las voces del antichavismo que piden al menos una revisión de esta política sancionatoria.
¿QUÉ CONSIGUEN LAS SANCIONES?
Tanto el informe de WOLA como varios analistas en los últimos meses coinciden al señalar que estas restricciones no fueron las responsables de la recesión económica ni del colapso financiero en el país, pero sí han profundizado el deterioro en la calidad de vida de los venezolanos.
Las sanciones, según WOLA, han aumentado la desigualdad y la pobreza entre los ciudadanos, que han tenido que sufrir el encarecimiento de la vida en un país con hiperinflación, devaluación monetaria a diario y cuyo ingreso mínimo, cobrado por la mayoría de la población, es menor a los 10 dólares (7.500 pesos chilenos).
Todo esto, reitera el Gobierno, ha provocado que el país perciba hoy el 99 por ciento menos de dinero que en 2014 por venta de petróleo, prácticamente el único motor de la economía nacional.
¿QUÉ HACE LA ONU?
Incluso antes de llegar a Venezuela, Naciones Unidas publicó el cuestionario que intentará responder su relatora especial sobre el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales respecto de los derechos humanos, Alena Douhan, quien permanecerá en el país hasta este viernes.
Si bien la mayoría de las preguntas van en torno a cuáles derechos se han visto vulnerados por la implementación de las sanciones, Douhan también busca saber qué ha hecho el Ejecutivo para paliar esta situación, así como si ha acatado las recomendaciones de organismos internacionales para atender varios problemas.
Entonces, la relatora se encuentra con el hecho de que cinco activistas de derechos humanos, que trabajaban para ayudar a los más necesitados en el país, están hoy presos, que el chavismo busca criminalizar a las organizaciones no gubernamentales que entregan ayuda humanitaria y que la política económica ha empeorado la crisis.
De igual modo, EFE pudo conocer que una decena de diputados y representantes de ONG ya se reunieron con Douhan en Caracas y, aunque lo abordado en estos encuentros es privado, se puede inferir que la relatora ha tomado nota de la versión antigubernamental de las sanciones, según la cual la culpa es de quienes están en el poder.