El australiano Brenton Tarrant afronta el juicio por 50 cargos de asesinato y 39 por tentativa de asesinato.
Los exámenes serán para ver si el acusado es apto para tener un procedimiento judicial.
El atentado del pasado 15 de marzo dejó 50 fallecidos y otros 48 heridos.
El autor del ataque contra dos mezquitas en Nueva Zelandia, el australiano Brenton Tarrant, deberá someterse a exámenes para establecer su salud mental y determinar su idoneidad para afrontar el juicio por 50 cargos de asesinato y 39 por tentativa de asesinato.
El supremacista de 28 años compareció por segunda vez este viernes brevemente por vídeo conferencia desde una prisión de Auckland ante el Tribunal Superior de Christchurch, tres semanas después del atentado.
Durante la vista, el juez Cameron Mander ordenó que se evalúe el estado de salud mental de Tarrant antes del próximo juicio el 14 de junio y remarcó que las evaluaciones forman parte de los procedimientos habituales para determinar si el acusado es apto para afrontar el proceso.
El experto legal de la Universidad de Massey, Chris Gallivan, indicó que "el tribunal necesita determinar si Tarrant estaba o no en sus cabales en aquel momento, si está mentalmente habilitado para relacionarse con su defensa y si puede entender el proceso mismo".
El acusado pudo ver al juez y a los abogados, y escuchar sus deliberaciones a través de un circuito cerrado de televisión que evitó mostrarle imágenes del público presente en la sala, donde se encontraban decenas de familiares de las víctimas.
"No expresó ninguna emoción. No vi ninguna emoción en su cara", dijo Tofazzal Alam, un superviviente del ataque que perdió varios amigos en el atentado.
Se conoció que Tarrant, quien había declarado su intención de defenderse a si mismo tras rechazar los servicios de su primer abogado de oficio, será representado legalmente por Shane Tait y Jonathan Hudson.
La Policía considera imputar nuevos cargos, incluido el de terrorismo, contra Tarrant, quien retransmitió en directo durante 17 minutos el ataque en una de las mezquitas, en el que se veía al asaltante disparando a quemarropa a los feligreses con armas automáticas.
El juez mantuvo hasta al menos la próxima vista la orden que prohíbe a los medios de comunicación tomar fotografías, filmar o grabar el sonido del proceso ni publicar imágenes del acusado, a excepción de la del primer juicio pero con el rostro pixelado.
