El navío transportaba cerca de 150 inmigrantes indocumentados.
Se hundió cuando era escoltado por dos buques de la marina australiana a tierra firme.
Durante el primer trimestre de 2013, unas 3.864 personas intentaron alcanzar las costas australianas.
Al menos cuatro personas perdieron la vida en el naufragio del barco donde viajaban en el norte de la isla australiana Christmas, en el océano Índico, publican este miércoles los medios locales.
El navío, que transportaba cerca de 150 inmigrantes indocumentados, se hundió la tarde de ayer cuando era escoltado por dos buques de la marina australiana a tierra firme.
Antes de zozobrar, el barco "pareció inclinarse hacia un lado y sus pasajeros comenzaron a saltar por la borda", apuntó a los medios Jason Clare, ministro australiano de Justicia.
La isla de Christmas, por su ubicación cercana a la costa de Java en Indonesia, es uno de los puntos más usados por las bandas de contrabandistas dedicadas a introducir personas que buscan refugio o una nueva vida en Australia.
El pasado fin de semana, un bebé falleció ahogado en otro accidente marítimo cuando viajaba a bordo de una embarcación junto a otros cien buscadores de asilo.
La inmigración ilegal ha sido en las últimas décadas uno de los principales problemas que afrontan los sucesivos gobiernos australianos, cuyas políticas para detener la gran ola de solicitantes de asilo han sido condenadas por la ONU y los defensores de los derecho humanos.
Durante el primer trimestre de 2013, unas 3.864 personas intentaron alcanzar las costas australianas.
Aunque el viaje de los buscadores de asilo no termina al pisar suelo australiano, el gobierno de Camberra aprobó en agosto de 2012 la apertura de centros de detención en Papúa Nueva Guinea y Nauru para tramitar las solicitudes de asilo de los inmigrantes, quienes en caso de ser rechazados son deportados a sus países de origen.
El administrador de las islas Christmas, Jon Stanhope, calificó de tragedia las muertes e indicó que espera que en el debate sobre la inmigración ilegal dentro de la sociedad australiana, se mire "a los solicitantes de asilo no como un grupo anónimo de individuos, sino como seres humanos que tienen esperanzas y aspiraciones y sueñan y sienten el mismo dolor y sufrimiento que nosotros".
