Un buque australiano que transporta ayuda a Tonga, país libre de Covid-19 y devastado por la erupción de un volcán y un tsunami a mediados de mes, detectó entre su tripulación un brote de coronavirus lo que complica la entrega de asistencia, confirmaron este martes autoridades australianas.
"Vamos a trabajar con las autoridades de Tonga para mantener al buque en alta mar y asegurarnos de que no suponga un peligro (para la población de Tonga)", señaló el ministro australiano de Defensa, Peter Dutton, en declaraciones a la cadena australiana Sky News.
Veintitrés miembros de los 600 tripulantes del buque Adelaide, que partió el viernes desde la ciudad australiana de Brisbane, dio positivo al Covid-19, lo que complica la entrega de la ayuda humanitaria, suministros médicos y de ingeniería programada para el miércoles.
Además también deja en suspenso el despliegue de los helicópteros con apoyo logístico que viajan en el Adelaide.
Tonga, donde el desastre natural del día 15 ha afectado al 84 por ciento de su población, permanece blindado para enviar la pandemia y desde el inicio de la crisis sanitaria solo ha detectado un caso importado de la covid-19.
El pasado viernes un avión C-17 australiano tuvo que regresar antes de efectuar la entrega de ayuda humanitaria al detectar un caso de la covid-19 entre su tripulación y que se confirmó mientras el aparato se encontraba en ruta hacia Tonga, informó la emisora SBS.
"Obviamente necesitan la ayuda desesperada pero no quieren el riesgo del covid-19, por lo que resolveremos esto lo más pronto que podamos", precisó el ministro australiano a la espera de que la entrega pueda ser enviada por aire y entregada sin contacto.
Al menos tres personas han muerto a raíz de este desastre natural que cortó durante días las comunicaciones con el exterior desde este país insular de 105.000 habitantes y conformado por 169 islas.
Otros suministros de ayuda humanitaria, principalmente aviones y barcos procedentes de Nueva Zelanda y Australia, ya han sido entregados entre un estricto protocolo donde no existe contacto directo entre las autoridades tonganas y los equipos extranjeros.