Las Islas Cook, una nación del Pacífico Sur, consideran la posibilidad de cambiar el nombre del país a otro que refleje su identidad polinesia y deje atrás el pasado colonial.
"Estoy feliz de considerar un nuevo nombre tradicional para nuestro país que refleje la verdadera naturaleza polinesia de nuestra isla", dijo el viceprimer ministro de las Islas Cook, Mark Brown, en declaraciones recogidas por Radio New Zealand.
El respaldo del gobierno se da después de que el jefe supremo indígena Pa Marie Ariki convocara en enero un comité para darle un nuevo nombre a la nación, que cuenta con una población de 21.000 habitantes en 15 islas.
El comité, que en la actualidad tiene en cartera más de 60 propuestas, espera tener una lista más reducida para el mes que viene, la cual será enviada al gobierno para una acción futura.
El presidente del comité, Danny Mataroa, explicó que los nombres considerados incorporan varios elementos clave para los habitantes de las Islas Cook, que incluyen su fe cristiana, la herencia maorí y el orgullo nacional. "También tiene que ser fácil de pronunciar", agregó Mataroa.
El archipiélago fue habitado en el siglo VI por polinesios procedentes de Tahiti, según los historiadores. En 1595, el marinero español Álvaro de Mendaña de Neira avistó las islas y las bautizó como "San Bernardo", mientras que en 1606 el capitán portugués -bajo la corona española- Pedro Fernandes de Queirós fue el primer europeo en pisar tierra y renombró la región como "Gente Hermosa".
A finales del siglo XVIII, en 1773 y 1777, el explorador británico James Cook recorrió el territorio y nominó las islas como Manuae Hervey.
Finalmente, en la década de 1820 aparecen los primeros documentos que denominan al archipiélago como Islas Cook, su nombre actual.
Este territorio del Pacífico pasó a ser parte del protectorado británico en 1888 y en 1901 pasó a pertenecer a Nueva Zelanda hasta que en 1965 Wellington le confirió la autonomía.
Los intentos previos para cambiar el nombre a las Islas Cook, que tienen un sistema de gobierno democrático-parlamentario en libre asociación con Nueva Zelanda, no prosperaron, entre ellos un referendo nacional a mediados de 1990 en el que los ciudadanos votaron para mantenerlo.
"Esta es la primera vez que hemos ido tan lejos", dijo Mataroa, quien explicó que el referendo anterior se apoyó en las deliberaciones que se realizaron en Rarotonga, la isla principal del archipiélago y que aloja al 75 por ciento de la población.
En esta ocasión participarán los 12 líderes del país, aunque el comité que preside Mataroa intentará que no se someta a una consulta popular.