El régimen realizó el viernes un nuevo ensayo balístico, cuyo proyectil cayó en el Mar de Japón.
Pyonyang asegura que se ha "establecido una nueva estructura política mundial, con la Corea socialista como eje".
La comida fue presidida por el dictador norcoreano y amenizada con una orquesta y un coro.
Corea del Norte festejó el lanzamiento de un misil intercontinental realizado el viernes con un "gran banquete" que congregó a responsables de la prueba y a las autoridades del partido único.
El evento, celebrado el domingo en Pyongyang, fue encabezado por el dictador Kim Jong-un y su esposa, Ri Sol-ju, y contó con la presencia, entre otros, de Ri Man-gon, vicepresidente del Comité Central del Partido de los Trabajadores; y de Kim Rak-gyon, comandante de la Fuerza Estratégica de Misiles.
La comida fue amenizada también con la actuación de una orquesta y un coro, informaron el diario Rodong Sinmun y la agencia de noticias KCNA.
"El gran éxito en el segundo lanzamiento de prueba del Hwasong-14 ha establecido una nueva estructura política mundial, con la Corea socialista como eje", dijo durante su discurso Ri, que también instó a "producir de manera incesante nuevos tipo de misiles balísticos y cosechar éxitos en el terreno de la investigación científica para defensa", consignó KCNA.
Corea del Norte lanzó el viernes con éxito el segundo misil balístico intercontinental de su historia. El proyectil, un Hwasong-14, voló 998 kilómetros durante unos 47 minutos y alcanzó una altitud máxima de 3.724,9 kilómetros antes de caer en el Mar de Japón (llamado "Mar del Este" en las dos Coreas).
Tras el ensayo, Pyongyang aseguró que puede alcanzar cualquier parte de Estados Unidos con este arma.
Sin embargo, los expertos dudan que el régimen de Kim Jong-un pueda equipar aún cabezas nucleares en los misiles o lograr que éstos efectúen correctamente la reentrada en la atmósfera (algo indispensable para golpear con precisión un objetivo).
Las continuas pruebas de armas de Pyongyang han elevado, sin embargo, la tensión en la península coreana, y endurecido la retórica de la Administración estadounidense de Donald Trump, que ha insinuado la posibilidad de realizar ataques preventivos contra Corea del Norte.
