El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha examinado los planes para bombardear con misiles las cercanías de la isla de Guam y ha decidido "observar un poco más" la conducta de Estados Unidos antes de emprender la ofensiva.
Kim fue informado sobre el plan durante una inspección al grueso de la Fuerza Estratégica del Ejército Popular de Corea del Norte (KPA), realizada el lunes y recogida este lunes por la agencia de noticias norcoreana KCNA, en la que acusó a Estados Unidos de estar llevando la situación en la península coreana a un "punto crítico".
Washington se ha puesto "la soga al cuello" con su política de confrontación hacia Pyongyang, y "para apaciguar las tensiones y evitar el peligroso conflicto militar en la península coreana es necesario que EE.UU. tome la decisión adecuada y lo demuestra con acciones", dijo Kim citado por KCNA.
El líder norcoreano acusó a Washington de provocar a Pyongyang al introducir "enormes equipos estratégicos nucleares" en las cercanías de la península" e instó al país norteamericano a detener las provocaciones y sus demandas unilaterales "inmediatamente".
Durante la revisión, Kim alabó la preparación de las tropas para actuar en algún momento, aunque sus últimas palabras sugieren que el bombardeo sobre Guam no es inminente, ya que dijo que quiere "observar un poco más la conducta tonta y estúpida" de Washington.
La tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos se ha agudizado después de que Pyongyang protestara la semana pasada por las últimas sanciones de la ONU que castigan sus lanzamientos de misiles y amenazara con atacar territorio de Estados Unidos, a lo que el presidente estadounidense Donald Trump replicó prometiendo "fuego y furia".
En un giro inusual, el país asiático dijo entonces que prepara un plan para bombardear con cuatro misiles las inmediaciones de la isla de Guam, que alberga importantes bases estadounidenses y donde se encuentran desplazados unos 7.000 soldados de aquel país.
Los continuos ensayos de misiles del régimen de Kim Jong-un este año -incluido los test de dos misiles intercontinentales en julio- han incrementado la tensión regional y endurecido la retórica de Washington, donde la Administración Trump ha insinuado la posibilidad de realizar ataques preventivos contra Pyongyang.