"Un minuto estábamos sentadas de lo más bien, y de repente vi que el bus caía por un barranco", relató Talía Carilao, una de las cinco turistas chilenas que iban a bordo de la máquina accidentada en Machu Picchu, Perú.
Carilao contó a Las Últimas Noticias que viajó a Perú con su amiga Daniela Lizama -ambas tienen 23 años- una semana antes del incidente: contrataron una agencia de turismo que las llevó en bus hasta la "hidroeléctrica", que es el punto al que llegan los vehículos en la localidad de Aguas Calientes, donde los visitantes deben seguir el recorrido a pie.
Allí conocieron a otra connacional: Catalina Campos (24), con la que recorrieron el turístico lugar. Ya para el regreso, las tres compraron un pasaje en bus de la empresa Consettur Machu Picchu.
"Había mucha neblina, había llovido mucho y había deslizamientos de tierra" recordó Talía en LUN, momentos antes de que el vehículo -cuyos asientos no contaban con cinturón de seguridad- desbarrancase 15 metros por la carretera Hiram Bingham, Aguas Calientes, quedando incrustado en punta y suspendido en un precario equilibrio.
"NO SE MUEVAN", PORQUE EL BUS SEGUIRÁ CAYENDO
"(Daniela) estaba debajo de los asientos con un turista italiano de tercera edad encima, que sangraba por todos lados y no se podía mover. Después grité el nombre de Catalina y la vi tirada en la escalera del bus. Ella saltó por los aires, literalmente", dijo Carilao, en declaraciones al referido medio.
Mientras, "el chofer, que estaba muy grave, gritaba: 'Se lo suplico, no se muevan'. Porque si el bus se desbalanceaba, iba a seguir (cayendo) para abajo. Mi asiento daba para la ventana y sólo veía el barranco", añadió.
Para mantener el vehículo en dicha posición, decenas de vecinos que llegaron al lugar lo sostuvieron con las manos mientras rescataban a los pasajeros. "A los primeros que sacaron fueron al chofer y al copiloto, que estaban muy mal. Tuvieron que romper el parabrisas", precisó Talía.
Las tres afectadas lograron salir por sus propios medios y fueron hospitalizadas en la Clínica Macsalud, en Cusca, a unos 70 kilómetros de la zona turística.
Otros dos chilenos se encontraban a bordo de la micro: Alfredo Garrochotegui (40), que resultó policontuso; y Sara Bovi (40), que se fracturó la tibia y el peroné.
