La Fiscalía belga descartó que la niña rubia vista en una oficina bancaria de Bruselas, y que un testigo señaló como Madeleine McCann, fuera la menor británica desaparecida en el Algarve portugués en mayo de 2007.
La policía belga estudió minuciosamente durante varios días las imágenes de las cámaras de una sucursal del banco KBC, situada en el barrio bruselense de Molenbeek (oeste de la capital).
El testigo describió a una niña de unos cinco o seis años, que hablaba en inglés y estaba acompañada por una mujer de origen norteafricano que se expresaba "bastante mal en francés".
Sin embargo, el padre de la niña grabada por el circuito de cámaras del banco, vio las imágenes en televisión y acudió a la Policía, donde explicó que aquel día su hija estaba en Bruselas a cargo de su niñera.
Tras la divulgación del sumario del caso Madeleine el pasado 5 de agosto y al no haber ninguna prueba concluyente sobre las circunstancias de la desaparición de la pequeña, varios periódicos británicos valoraron la presunta participación en el caso de una posible red pedófila belga.
Desde entonces, la Fiscalía belga recibió una veintena de testimonios que decían haber visto a la menor en Bélgica, de forma que ya son cerca de 130 personas las que aportaron datos sobre el posible paradero de la pequeña desde su desaparición en mayo de 2007 en la localidad portuguesa de Praia Da Luz.
Por otra parte, el Ministerio fiscal no dio credibilidad a la "pista belga" porque asegura que ni los investigadores británicos ni los portugueses informaron nunca de esa posibilidad.