El príncipe Guillermo, duque de Cambridge y segundo en la línea de sucesión a la corona británica, ha revelado el sentimiento de conmoción que todavía le acompaña por la muerte de su madre, Diana de Gales, según ha admitido en un documental de la BBC.
En una charla con varios corredores del maratón de Londres del próximo domingo, día 23, Guillermo respondió a una madre que perdió a su hijo de un año y su marido recientemente, y que pedía consejos al príncipe para consolar a sus otros dos hijos.
El príncipe la reconfortó al asegurar que sus hijos encontrarán en ella "el manto de estabilidad y comprensión que necesitan", tras asegurar que la muerte de su propia madre, ocurrida en 1997, le incitó a abordar la cuestión de la salud mental.
"La gente dice que la conmoción no puede durar tanto, pero lo hace, nunca lo superas. Es un momento tan increíblemente grande en tu vida, que nunca te abandona, simplemente aprendes a lidiar con ello", confesó el duque, cuyos relatos serán emitido este jueves, pero algunos han sido adelantados hoy por los medios británicos.
Guillermo tenía 15 años cuando la princesa Diana murió (Foto: EFE).
El documental de la BBC acompaña a un grupo de corredores que están entrenando para la maratón de Londres como forma de hacer frente a sus problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático.
Las declaraciones de Guillermo se suman a las publicadas ayer en la revista de la organización benéfica CALM, que promueve la salud mental, en las que defendía la importancia de que sus hijos expresen sus emociones en vez de ocultarlas para no perjudicar su salud.
El príncipe Enrique, hermano de Guillermo, también fue sincero recientemente en una entrevista con el diario británico Daily Telegraph, detallando cómo tuvo que buscar asesoramiento psicológico cuando su vida entró en un periodo de "completo caos" por no haber afrontado la muerte de su madre.
El próximo 31 de agosto, se cumplirán 20 años desde que la princesa Diana muriera, con 36 años, en un accidente de tráfico en París en 1997, cuando su hijo pequeño Harry tenía 12 y su hermano mayor, el príncipe Guillermo, 15.