Un violento sujeto que secuestró a una mujer durante 24 horas para mantenerla prisionera en su apartamento mientras abusaba de ella en la ciudad de Leeds, Inglaterra, fue condenado a cadena perpetua luego de ser considerado como un peligro para la sociedad por un tribunal.
Michael O'Leary, de 47 años, rastreó las calles de Leeds en busca de una víctima vulnerable antes de raptar a una madre de 36 años cuando ésta dejó un bar en estado de ebriedad. La llevó de regreso a su departamento donde fue encerrada en su interior y sometida a violencia mientras trataba de violarla.
La mujer describió cómo se sentía después de despertarse en la casa de O'Leary sin su teléfono celular y encerrada en una habitación con barrotes en las ventanas, diciéndole a la policía que "era como una de esas historias de terror donde alguien es asesinado. Pensé que iba a ser asesinada".
Debido a este crimen, Michael O'Leary fue condenado a cadena perpetua con un mínimo de siete años preso luego de que un jurado lo encontrara culpable de intento de violación, agresión con penetración y encarcelamiento.
El fiscal Richard Woolfall aseguró que la víctima "sufrió una terrible prueba en tus manos. Fuiste esa noche con la intención de seleccionar a alguien tan borracho que pudieras regresar a tu casa y cometer actos sexuales sobre ellos para tu propia gratificación. Usaste violencia significativa en un intento de violarla. Ella te resistió. Ella se mantuvo firme aunque tuvieras un cuchillo".
O'Leary, de Leeds, tenía una condena previa por violar violentamente a una mujer cuando tenía 28 años. En esa ocasión convenció a una mujer de 35 años de regresar a su piso y, una vez dentro, la encerró y la golpeó repetidamente en la cara antes de arrastrarla a una cama y llevar a cabo el ataque.
