Michael Bates se declaró "completamente avergonzado" por no haber estado a tiempo para responder a los legisladores.
Bates es reconocido por su responsabilidad y seriedad. Al despedirse reivindicó la decisión de imponerse a sí mismo "los más altos estándares".
El ministro de Desarrollo Internacional del Reino Unido, Michael Bates, presentó su renuncia al reconocerse "avergonzado" por llegar dos minutos tarde al Parlamento.
El secretario de la primera ministra Theresa May, un lord conservador que sirve en la Cámara de los Lores desde 2008, debía estar el miércoles en la sala del Palacio de Westminster a las 15:00 horas, pero llegó a las 15:02, según consignó el diario británico The Guardian.
Su tardío arribo impidió que pudiera contestar a una pregunta formulada por la diputada laborista Ruth Lister sobre la brecha salarial. En su ausencia, otro miembro de su grupo se hizo cargo de la respuesta.
"Pido disculpas"
En su dura autocrítica, el ministro Bates -reconocido por su seriedad y responsabilidad- señaló ante el Parlamento: "Durante los cinco años en los que he tenido el privilegio de responder preguntas de este despacho en nombre del gobierno, siempre he creído que debemos elevarnos a los más altos estándares de cortesía y respeto al responder en nombre del gobierno a las preguntas legítimas de la legislatura", dijo.
"Estoy completamente avergonzado de no estar en mi lugar y, por lo tanto, ofreceré mi renuncia a la primera ministra con efecto inmediato. Pido disculpas", remató.
Dicho eso, Bates recogió sus papeles y salió de la Cámara, con un eco de "¡Noooo!" transversal de sus pares.
Tras este acto, la propia diputada Lister aseguró que, "de todos los ministros que quisiera hacer que renuncie, él sería el último".
Incluso, el propio The Guardian -cuya tendencia laborista es conocida- señaló que "un gabinete lleno de sinvergüenzas se aferra a sus trabajos, mientras un hombre decente caminó por el menor de los delitos".
Según los medios británicos, el dirigente demoró porque los discursos que preceden a las preguntas se cumplieron en los tiempos previstos y no fueron retrasados, como ocurre frecuentemente.
La decisión de Bates de renunciar a su cargo ha dejado aturdidos al resto de parlamentarios, aunque la primera ministra británica, Theresa May, no ha aceptado su dimisión al considerarla "innecesaria".
