Liz Truss se enfrenta a una dura semana, con peligro de quiebras masivas en toda la economía, cuando se prepara para guiar a la nación en un minuto de silencio para honrar el legado de la Reina este domingo.
Según consignó The Guardian, previo al funeral de la Reina Isabel II, que se realizará el lunes, y a su entierro en la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, Truss tendrá "un momento de reflexión" nacional final sobre la vida de la monarca el domingo en la noche.
Los marineros, soldados y tripulaciones aéreas de las fuerzas armadas estacionadas en el extranjero también harán una pausa, y se convertirá en un evento a escala mundial.
Tras el fin del duelo, Truss volará a Nueva York para asistir a la asamblea general de la ONU, y con el regreso de los parlamentarios a Westminster, la transición de regreso a la política normal será repentina y dura.
Este sábado los empresarios pusieron presión para obtener una "claridad absoluta" sobre qué ayuda les ofrecería el gobierno con sus facturas de energía.
El nuevo secretario comercial, Jacob Rees-Mogg, hará un anuncio sobre el apoyo a las empresas el miércoles, seguido de un pequeño presupuesto por parte del nuevo canciller, Kwasi Kwarteng.
El director general de la Cámara de Comercio británica, Shevaun Haviland, dijo que el anuncio anterior de Truss, de que las empresas se beneficiarían de un tope en las facturas similar al de los usuarios domésticos durante seis meses, y que se hizo horas antes de que se hiciera pública la noticia de la muerte de la Reina, fue bien recibido.
Muchas empresas han visto dispararse sus costos de energía en cerca de un 300% o más, en comparación con el año pasado, lo que se sumó a una lista de problemas que estaba causando que muchos cuestionaran su futuro.
Se espera que el viernes se presente un gran paquete que incluye detalles sobre el tope del precio de la energía y 30.000 millones de libras esterlinas en recortes de impuestos.