Las autoridades temen que la cifra de muertos -21 hasta ahora- aumente, frente a la alta cantidad de mineros que continúan en la veta afectada por el escape de gas grisú.
Al menos 21 trabajadores murieron este lunes y otros 100 permanecen atrapados tras una explosión de gas grisú en la mina de carbón Uliánovskaya, en la región siberiana de Kémerovo, por lo que se teme que el número de víctimas mortales aumente.
"Es un accidente muy grave", señaló un vocero del Departamento de Supervisión Técnica a la agencia Interfax, en alusión a que puede haber más víctimas mortales.
Las autoridades locales informaron del rescate de 55 trabajadores, de los cuales cinco resultaron heridos.
Según versiones preliminares, la explosión se produjo en una de las galerías de la mina poco antes del final del primer turno laboral, pero no llegó a provocar un incendio y sólo originó un escape de polvo de carbón en uno de los pasos subterráneos.
En el momento del accidente se encontraban en el interior de la mina 186 trabajadores, de acuerdo con los últimos datos.
Por orden expresa del presidente de Rusia, Vladímir Putin, el ministro de Emergencia, Serguéi Shoigú, viajará a Kémerovo para dirigir las operaciones de rescate en la mina.
Un total de 12 equipos de socorristas llevan a cabo las labores de rescate de los trabajadores, quienes se encuentran aún en las galerías cubiertas por el humo. (EFE)
