La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, afirmó que su país bajo ningún concepto tiene la intención de apretar "el botón rojo nuclear", tras la reciente orden del presidente ruso, Vladímir Putin, de poner en "régimen especial de servicio" las fuerzas nucleares rusas.
"Partimos del punto de que ese guión apocalíptico no se llevará a cabo bajo ningún pretexto y bajo ninguna condición", afirmó en una entrevista al canal colombiano W Radio, al recalcar que Moscú ha dejado claro su posición al respecto.
Zajárova señaló que, "cuando se habla del uso de armas nucleares, hemos dejado en reiteradas ocasiones nuestra posición. Por lo visto nos confunden con EEUU, pero Rusia nunca ha hablado" de usar armas nucleares.
Estas declaraciones contrastan con las realizadas durante esta misma jornada por el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, quien planteó que "el presidente estadounidense, Joe Biden, sabe que la única alternativa a las sanciones contra Rusia es una Tercera Guerra Mundial y que sería "una guerra nuclear devastadora".
"Régimen especial de servicio"
Putin ordenó el pasado 27 de febrero poner las fuerzas de contención rusas en "régimen especial de servicio" tras "declaraciones agresivas" de los principales países de la OTAN, tras el inicio de la "operación especial militar" rusa en Ucrania condenada por la comunidad internacional.
El mandatario ruso dio estas instrucciones en una reunión con el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Valeri Gerásimov.
Según la doctrina de disuasión nuclear de Rusia, aprobada por Putin en 2020, que tiene un carácter defensivo, el Kremlin se reserva el derecho a un ataque con armamento nuclear en caso de agresión exterior o amenaza a la supervivencia del Estado.
El documento, que incluye los principios de disuasión nuclear y las amenazas para la seguridad de la Federación Rusa, entre las que figuraría la OTAN, plantea las condiciones en las que Rusia recurriría a las armas nucleares.
Entre ellas figura el empleo por parte del enemigo de armas nucleares u otro tipo de armamento de destrucción masiva contra territorio de Rusia o de sus aliados o acciones contra instalaciones estatales o militares vitales para el país que le hagan perder el control sobre el mando nuclear.
Una agresión exterior con el uso de armamento convencional que amenace "la existencia misma del Estado" también sería motivo suficiente para una respuesta nuclear.
Además, Rusia recurriría a armas atómicas en caso de recibir información fidedigna sobre el lanzamiento de un misil balístico contra territorio de Rusia o sus aliados.
Al mismo tiempo, el documento subraya que Rusia ve las armas nucleares "exclusivamente como un medio de disuasión" y toma todas las medidas necesarias para reducir la amenaza nuclear y prevenir un agravamiento de las relaciones internacionales que pueda provocar conflictos, incluido nucleares.