El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró este miércoles que la reciente retirada de Estados Unidos del tratado de proliferación de misiles INF y otras acciones de Washington conducen a una carrera armamentística con peores consecuencias que en los tiempos de la Guerra Fría.
Estas acciones "suponen un retroceso de 30 años en el desarme balístico y nuclear" con "impredecibles consecuencias, a diferencia de los años 50 ó 70, cuando dos superpotencias estaban implicadas en los arsenales", señaló Lavrov en su intervención en la Conferencia de Desarme en Ginebra.
"La nueva carrera armamentística estará ahora provocada por muchos otros estados a los que no les queda otra alternativa que dotarse de capacidad nuclear o balística como único medio efectivo de garantizar su seguridad nacional", añadió.
En la actualidad "decenas de países tienen tecnología e industria lo suficiente avanzada para hacer esto", señaló Lavrov, quien no sólo criticó la actitud de Estados Unidos sino la "indiferencia y falta de responsabilidad" de sus aliados occidentales y en la OTAN.
Lavrov intervino hoy en una conferencia en la que Estados Unidos asumió ayer martes la presidencia de turno con un duro discurso de la subsecretaria de Estado para Control de Armamento, Yleem Poblete, quien acusó a Moscú de "acciones agresivas y desacato" que "han sacudido la arquitectura de seguridad europea".
El jefe de la diplomacia rusa también aseguró que EEUU y Occidente "hacen oídos sordos" a propuestas de Rusia de aumentar el control de armamento, por ejemplo en el espacio ultraterrestre, iniciativa ésta que el Gobierno ruso apadrina junto a China.
Estados Unidos confirmó a principios de febrero la suspensión del tratado de eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance (INF) firmado por Moscú y Washington hace 30 años, alegando su incumplimiento por parte de Rusia, que respondió de la misma manera después.
El acuerdo prohibía a ambos países signatarios fabricar, desplegar o realizar pruebas de misiles de corto alcance (500-1.000 kilómetros) y de medio alcance (1.000-5.500 kilómetros), pero según EEUU un nuevo armamento desarrollado por Rusia, el 9M729, violaba este acuerdo al poder ser usado en esas distancias.