El escolar ruso que mató a dos personas y secuestró a 24 compañeros en su propio colegio el pasado 3 de febrero llegó armado al recinto para ver "cómo reaccionaba la gente a sus acciones".
"No quería matar a nadie, quería morir. Tenía curiosidad por saber qué hay después. Qué hay después de la muerte. También quería ver cómo reacciona la gente a lo que hago. Vine para matarme", dijo desde la cárcel al diario ruso Izvestia Serguéi Gordéyev, de 15 años, protagonista del primer tiroteo en un colegio en la historia de Rusia.
El joven aseguró además que "no tenía problemas con Andréi Nikoláevich (Kirílov)", el profesor de Geografía asesinado en el incidente.
"Al contrario, teníamos buena relación. Cuando se dirigió hacia mí le disparé, ni se por qué, a lo mejor para que nadie creyera que no era capaz de disparar", afirmó.
Gordéyev dijo estar arrepentido de haber matado a dos personas (el profesor y un policía), pero se negó a responder a preguntas sobre sus padres y sobre el rifle y una carabina de caza que llevó al colegio.
"Me arrepiento de todo corazón (...), pero no pediré perdón ante Dios, porque no creo en él. Entiendo que me van a juzgar y encarcelar para mucho tiempo. No me haré nada, pero no dejen una pistola cargada a mi lado, sé adónde dirigir la bala", advirtió.
El colegial efectuó al menos once disparos con el rifle y mantuvo secuestradas a 24 personas el pasado 3 de febrero en una de las aulas de su escuela de Moscú, antes de entregarse a la Policía.