El Tribunal Constitucional de Sudáfrica dictaminó este lunes, a nueve días de las elecciones generales del 29 de mayo, que el expresidente Jacob Zuma no puede presentarse como candidato al Parlamento por haber sido condenado en 2021 por desacato.
"Zuma fue declarado culpable de un delito y condenado a más de 12 meses de prisión. En consecuencia, no puede ser miembro de la Asamblea Nacional ni presentarse a las elecciones hasta que hayan transcurrido cinco años desde el cumplimiento de su condena", determinó el órgano, cuya decisión puede ser recurrida, pero llega en plena campaña y cuando el voto exterior ya concluyó.
La Comisión Electoral desaprobó en marzo la candidatura de Zuma, quien fue presidente del país entre 2009 y 2018 con el histórico partido gobernante Congreso Nacional Africano. Determinó que, de acuerdo con la Constitución sudafricana, su condena lo inhabilitaba para optar a un asiento en el Parlamento.
Sin embargo, el Tribunal Electoral admitió el 9 de abril un recurso del exmandatario y dictó que sí podía presentarse.
Finalmente, tras una audiencia el viernes último, en la que la Comisión presentó al Constitucional sus argumentos contra la sentencia de la corte electoral, el alto tribunal dispuso este lunes que Zuma -ahora a la cabeza de un nuevo partido, uMkhontho weSizwe (MK Party)- no puede concurrir a los comicios.
ANTECEDENTE DE PREOCUPACIÓN
A su salida del Tribunal Constitucional, el secretario general del MK Party, Sihle Ngubane, se mostró "decepcionado por la sentencia", pero aseguró que Zuma igualmente "estará en la papeleta" el día 29, como líder de la colectividad.
Este dictamen no afecta a la campaña "en absoluto", defendió Ngubane, quien prometió cambios en la Constitución.
Por su parte, el sucesor de Zuma y actual presidente del país, Cyril Rampahosa, consultado por la prensa, afirmó que ha "tomado nota" de la sentencia, y que si el Tribunal Constitucional lo ha dictado, "es lo que hay".
Zuma, de 82 años, fue condenado en 2021 a una pena de prisión de 15 meses por desacato, tras negarse repetidamente a declarar en una gran investigación conocida como la "Captura del Estado", que indagó la corrupción que afectó al aparato público mientras él fue presidente.
Ingresó en la cárcel en julio de 2021 y, unos días después, se desataron en Sudáfrica disturbios y saqueos masivos que degeneraron en una violencia general que dejó 354 muertos.
En septiembre de ese año, pese a llevar únicamente dos meses de prisión cumplidos, se le otorgó una polémica libertad condicional por motivos de salud, cuyos detalles no se hicieron públicos.
CNA A LA BAJA
Zuma anunció el pasado diciembre que no apoyaría al CNA, sino al MK, que toma el nombre prestado de la famosa milicia que luchó contra el régimen segregacionista del "apartheid".
El expresidente, suspendido del CNA en enero, decidió no respaldar a ese partido después de que la formación apoyara las investigaciones por corrupción contra él, y tras un año marcado por una creciente tensión con Ramaphosa.
Ese movimiento de Zuma supuso un nuevo golpe para el CNA, que gobierna Sudáfrica desde al advenimiento de la democracia en 1994, con Nelson Mandela como figura excluyente, pero cuyo apoyo ha bajado durante los últimos años.
El Congreso Nacional Africano está en riesgo de perder por primera vez su mayoría parlamentaria, según encuestas recientes, lo que le obligaría a gobernar en coalición.
De hecho, en los comicios locales del 1 de noviembre de 2021, sufrió los peores resultados de su historia y obtuvo, por primera vez, menos del 50 por ciento de los sufragios totales emitidos a nivel nacional (47,9 por ciento).
