El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente este domingo el "horrible atentado terrorista" ocurrido durante la celebración de una boda en Afganistán, que cobró la vida de 63 personas y 182 resultaron heridas, familiares de la pareja.
El atentado ocurrió el sábado en un hotel de la ciudad de Kabul, en momentos en que la ceremonia estaba por comenzar, cuando un suicida detonó los explosivos que cargaba, ataque que ha sido reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El EI reclamó su autoría en un comunicado difundido en la red social Telegram y cuya veracidad no ha podido ser comprobada independientemente.
La formación terrorista explicó que primero se inmoló un atacante suicida, identificado como Abu Asem al Pakistani, y posteriormente explotó un auto bomba.
"Cuando las fuerzas de seguridad llegaron al lugar los muyahidines hicieron detonar un carro bomba aparcado, lo que causó 400 muertos y heridos entre los renegados y los miembros apóstatas de las tropas afganas", según afirmó el grupo.
Guterres expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, el gobierno y el pueblo de Afganistán y deseó una pronta recuperación a los heridos, indicó en un comunicado su portavoz, Stéphane Dujarric.
El ataque tuvo lugar mientras se espera que los talibanes y Estados Unidos alcancen un acuerdo de paz.
Poco después del atentado, el Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) condenó la explosión, que ha causado indignación en el pueblo, la condena de organismos internacionales, y que el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha calificado de "crimen contra la umanidad".
Ghami afirmó además que "los talibanes no pueden exonerarse de la culpa, ya que proveen una plataforma para los terroristas".