El incidente ocurrió en Susa, en una de las zonas más turísticas del país.
Otro ataque frustrado fue develado por las autoridades.
Las fuerzas de seguridad han mantenido una serie de enfrentamientos con grupos armados en los últimos meses. Siete agentes murieron en un ataque la semana pasada.
Un atentado en la puerta de un hotel de la localidad de Susa, en el que sólo falleció el terrorista suicida, y otro ataque frustrado por las fuerzas de seguridad en Monastir sacudieron este miércoles la costa este de Túnez, una de las zonas más turísticas del país.
Un joven detonó un cinturón cargado de explosivos que llevaba junto a la entrada del Hotel Riad Palm de Susa, 167 kilómetros al sureste de la capital, después de haber intentado infructuosamente entrar en el edificio por la puerta principal y otra lateral.
Según fuentes locales, luego de que los militares que vigilaban la zona le impidieran ingresar a la instalación turística el joven, que iba acompañado por otro individuo que abandonó el lugar antes de la explosión, detonó los explosivos en la playa.
La explosión sólo causó la muerte del atacante y no provocó ni heridos ni daños materiales, confirmó el Ministerio de Interior.
Un segundo joven fue detenido en la localidad de Monastir, a 50 kilómetros al noreste de Susa, cuando se dirigía con una bolsa llena de material explosivo al mausoleo del primer presidente tunecino, Habib Bourguiba.
Según medios tunecinos, tras esta detención las autoridades cerraron al público el aeropuerto internacional de Monastir en busca de un segundo joven, supuestamente implicado en lo ocurrido.
"El Gobierno esperaba que se produjeran este tipo de atentados terroristas y que las medidas preventivas que se adoptaron hace tiempo parece que han funcionado", dijo el ministro de Turismo, Yamel Gamra, que condenó lo ocurrido.
El atentado suicida de Susa es el primero de este tipo ocurrido en el país desde el inicio de la transición democrática iniciada en 2011.
En 2002, un atentado suicida con un camión cargado de bombonas de butano explotó en la sinagoga de la isla de Yerba y causó una veintena de muertos, en su mayoría europeos.
Desde mediados de año más de veinte miembros de las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado han muerto en enfrentamientos con grupos armados, supuestamente radicales islámicos, y más de dos toneladas de materiales explosivos han sido incautadas.
