Diputado oficialista pidió más tiempo para dar visto bueno a la iniciativa.
Frente Amplio tiene mayoría, pero necesita la votación de sus 50 diputados para visar la norma.
La iniciativa fue aprobada en una comisión parlamentaria y debe pasar por el plenario de la Cámara Baja.
La incertidumbre volvió a marcar este lunes el proceso legislativo para la legalización de la compraventa de marihuana en Uruguay después de que un diputado, cuya participación es esencial para lograr su aprobación, expresara dudas sobre el proyecto apenas horas antes de que éste sea sometido a votación.
El diputado del oficialista Frente Amplio Darío Pérez volvió a abrir las incógnitas después de anunciar que aún no está dispuesto a votar el proyecto, aprobado por la Comisión de Drogas de la Cámara Baja la semana pasada, y que sus compañeros de filas pensaban votar en la sesión plenaria para darle media sanción el próximo miércoles.
"Siempre hay gente que es más apurada que otra, pero una ley de este calibre necesita pasos seguros, bien pensados, bien coordinados, y que se tenga cuidado en una cantidad de cosas", dijo Pérez en declaraciones a la televisión, antes de añadir que necesitaba más tiempo para decidir su voto.
El Frente Amplio tiene mayoría en ambas cámaras del Parlamento, pero requiere de la votación de sus 50 diputados para lograr pasar la norma debido a que ningún legislador opositor se mostró partidario de la medida.
Pérez expresó siempre su rechazo a la legalización de la marihuana y sus compañeros de partido intentaron convencerle de que apoyara el proyecto desde el inicio de su trámite.
El presidente uruguayo, José Mujica, uno de los impulsores de la medida, conversó con el legislador para tratar de convencerlo, algo que aparentemente consiguió la semana pasada a cambio de promover en el Parlamento una ley para regular el consumo de alcohol y hacer hincapié en políticas públicas que desincentiven el uso de la marihuana.
Pese al anuncio del acuerdo, poco después Pérez se desdijo y pidió ralentizar el proceso.
El proyecto
El controvertido proyecto legaliza la compraventa y el cultivo de marihuana y establece la creación de un ente estatal regulador que se encargaría de emitir licencias y controlar la producción y la distribución de la droga.
Así, los consumidores previamente registrados podrán comprar marihuana en farmacias especialmente habilitadas, hasta un máximo de 40 gramos por mes, o cultivar en casa hasta seis plantas que produzcan no más de 480 gramos por cosecha.
También se permitirá el cultivo de cannabis con fines científicos y de cáñamo, su variedad no psicotrópica, con fines industriales.
La norma incluye también disposiciones para la prevención del consumo, la prohibición de cualquier tipo de publicidad de la marihuana y su acceso a menores de 18 años.
