El prefecto de la Secretaría para la Economía, el ministro de las finanzas vaticanas, Juan Antonio Guerrero Alves, explicó que si continúa la crisis económica debido a la pandemia, el Vaticano "no podrá contener el déficit si no es con el apoyo de los fieles".
En una entrevista en los medios vaticanos, el jesuita español explicó que el presupuesto para 2021, presentado hace algunas semanas, es el más restrictivo de la historia reciente de la Santa Sede y, a pesar de ello, se esperan cerca de 50 millones de deuda.
Se ha implementado un importante plan de ajuste con una reducción total de gastos prevista del 8% y se destaca que "la protección de los puestos de trabajo y los salarios ha sido una prioridad".
Si en 2019 los ingresos fueron de 366 millones de dólares (unos 263 mil millones de pesos), en este año habrá un 30 por ciento menos, 254 millones (182 mil millones de pesos), apuntó, mientras aún se esperan los datos de 2020.
"Siempre insisto en el hecho de que no somos una empresa, no intentamos obtener beneficios. Ni siquiera somos un Estado como los demás ni una ONG (...) Si fuéramos un Estado como cualquier otro, habríamos aumentado nuestra deuda y tomado medidas fiscales. En nuestro caso, si no llegan donaciones, además de ahorrar todo lo posible, sólo podemos utilizar las reservas", señaló.
"NO HAY QUE SER ALARMISTAS"
Ante la posibilidad de que con el tiempo el Vaticano quede sin reservas, el "ministro" explicó que no hay que ser "alarmistas" pues poco a poco se volverá a la normalidad y que hay que seguir "siendo prudentes con los niveles de gasto y es muy importante seguir ofreciendo una información clara y transparente que dé tranquilidad a los fieles sobre el uso de sus donaciones".
Para Guerrero, "hay que progresar en eficiencia, hacer más con menos, ahorrar. Mejorar la transparencia para que los fieles sepan qué se hace con sus donaciones. Si esto se prolonga demasiado, no podremos contener el déficit, si no es con el apoyo de los fieles", confesó.
Debido a la pandemia, el volumen de donativos recibidos de los fieles que van a parar a lo que se llama Óbolo de San Pedro ha bajado de 53 millones en 2019 a 47 en 2020 y se prevé otra caída en 2021, adelantó.
Guerrero aseguró que la utilización de estas donaciones para el funcionamiento de todos los "ministerios" de la Iglesia se ha hecho siempre, pero que poco a poco estas reservas se están acabando.
De los 47 millones recibidos en 2020 de donaciones, 17 van a obras de caridad, mientras que los otros 30 se destinan a cubrir parte del déficit del funcionamiento de la Santa Sede.
"Pero creo que en cualquier caso debemos hacer todo lo posible para optimizar los gastos y contar con la generosidad del santo pueblo de Dios", concluyó.