Los obispos que están participando en el Sínodo de la Familia vuelven a coincidir en sus propuestas en que es necesario dar "acogida" a todas las nuevas situaciones familiares, pero persisten divisiones en otros temas.
En el texto final del Sínodo, los obispos matizaron algunos aspectos polémicos del resumen "Relatio Post Diceptationem", que provocó críticas del sector más conservador, que no se mostró de acuerdo con muchas de las afirmaciones que contenían y las interpretaciones de los medios.
En el documento final uno de los puntos comunes que se expresan es que la Iglesia "debe ser una casa de acogida para todos, para que nadie se sienta rechazado".
Eso si, al respecto se ha pedido "claridad y que se eviten confusiones y eufemismos en el lenguaje", en una clara referencia a algunos términos sobre los homosexuales o las uniones de hecho y la convivencia que aparecían en la "Relatio" resumen.
En algunos de los documentos presentados se afirma que no hay que dar la impresión por parte de la Iglesia de "que se legitiman situaciones familiares irregulares, aunque puedan representar una etapa en el camino hacia el sacramento del matrimonio".
Una de las críticas expresadas por algunos sectores de la Iglesia a la síntesis de las intervenciones fue que se había dado demasiada importancia a las nuevas situaciones familiares, incluyendo las uniones de hecho, divorcios y parejas homosexuales, y se había "descuidado" valorar la "familia católica tradicional".
Homosexualidad y divorcio
La gran división entre los grupos de la Iglesia, que existía antes del debate y sigue existiendo, es sobre la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar reciban la comunión.
Aunque la mayoría reconoce que hay que agilizar los tiempos para conseguir la nulidad matrimonial, en las relaciones no todos están de acuerdo en cómo hacerlo y algunos incluso rechazan que el obispo pueda tener esta potestad, mientras que uno de los grupos prefiere que este tema se afronte en el próximo Sínodo.
Respecto a las posiciones expresadas sobre los homosexuales, todos los grupos se limitan a observar que hay que "acompañar pastoralmente a estas personas y tutelar su dignidad" y no utilizar un lenguaje ofensivo.
Pero las posiciones conocidas quedan lejos de la afirmación de que los homosexuales "tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana", que se incluía en la Relatio post debate.
Incluso en uno de los texto se pretende que se tenga presente que "no se debe hablar de personas homosexuales casi como si el homosexualismo fuese parte de su ser ontológico, sino de personas con tendencias homosexuales".
Sobre la acogida explican que "las personas con tendencias homosexuales también necesitan de acogida y acompañamiento que les ayude a crecer en la fe y a conocer el plan de Dios para ellos".