El director editorial del Vaticano, Andrea Tornielli, señaló que el papa emérito, Benedicto XVI, condenó los abusos sexuales en la Iglesia católica y fue el primero que se reunió con víctimas.
El Vaticano responde así al reciente informe sobre los abusos sexuales en la Iglesia católica en Alemania en el que se citaban cuatro presuntos casos de encubrimiento por parte del papa emérito, Benedicto XVI, cuando era arzobispo de Múnich (Alemania).
"Tras la publicación de la encuesta, los años de episcopado bávaro del papa emérito están en el punto de mira. Es justo recordar la lucha de Benedicto XVI contra la pederastia clerical y su voluntad durante su pontificado de reunirse y escuchar a las víctimas y pedirles perdón", resalta el editorial publicado en los medios vaticanos.
Tornielli destaca que el papa emérito, "con la ayuda de sus colaboradores, no eludió las preguntas del bufete de abogados encargado por la diócesis de Múnich de elaborar el informe y respondió con 82 páginas, después de haber podido examinar parte de la documentación en los archivos diocesanos".
El director editorial explica que "algunas de las acusaciones ya se conocían desde hace más de diez años y ya habían sido publicadas por importantes medios de comunicación internacionales" y que Ratzinger, y su secretario privado, Georg Gänswein, ya han anunciado "que el papa emérito hará una declaración detallada después de completar su examen del informe".
Cuatro días después de que se publicara el informe sobre los abusos en la diócesis de Múnich, que lo involucra en al menos cuatro casos de encubrimiento, el papa emérito tuvo que retractarse en sus primeras declaraciones.
"BENEDICTO XVI DIO TESTIMONIO DE LA URGENCIA DEL CAMBIO DE MENTALIDAD"
Reconoció que sí estuvo presente en una reunión del obispado de Múnich y Freising en enero de 1980 en la que se trató el traslado de un sacerdote acusado de abusos de menores, según una declaración de Gänswein a la Agencia Católica de Noticias (KNA).
No obstante, Ratzinger aseguró que en aquella sesión no se habló de que el sacerdote en cuestión desempeñara labores pastorales, sino solamente de "hacer posible que contara con alojamiento en Múnich durante su tratamiento terapéutico".
Mientras se espera una respuesta oficial, desde los medios de comunicación del Vaticano lanzaron una defensa del pontífice alemán: "No se puede olvidar que Ratzinger, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ya había combatido el fenómeno en la última fase del pontificado de San Juan Pablo II, del que fue estrecho colaborador y una vez que se convirtió en Papa, promulgó normas extremadamente duras para combatir la pederastia en la Iglesia".
Además, continúa, "Benedicto XVI dio testimonio, con su ejemplo concreto, de la urgencia del cambio de mentalidad que es tan importante para combatir el fenómeno de los abusos: escuchar y estar cerca de las víctimas, a las que siempre hay que pedirles perdón".
Joseph Ratzinger, señalan, que fue el primer papa que se reunió con víctimas de abusos varias veces durante sus viajes apostólicos y que en un vuelo a Lisboa, en mayo de 2010, Benedicto XVI reconoció que "los sufrimientos de la Iglesia provienen del interior de la Iglesia, del pecado que existe en la Iglesia".