La diócesis de Marsella hizo un llamado para pedir donaciones y poder enfrentar la deuda de 500.000 euros que les dejó la visita del papa Francisco, el mes pasado, a esta ciudad francesa, según medios locales.
La participación del pontífice el 22 y 23 de septiembre en un foro sobre la inmigración en el Mediterráneo tuvo un costo de 2,3 millones de euros para las arcas del obispado marsellés.
Los mecenas y patrocinadores aportaron 1,2 millones y otros 600.000 euros fueron recaudados con los donativos de los peregrinos que acudieron a la segunda ciudad del país, y con la venta de productos derivados.
Pero las donaciones durante la gran misa que el pontífice ofició en el estadio Velódromo, a la que asistieron 57.000 fieles, dejaron en caja mucho menos de lo esperado por los organizadores.
Según la radio France Bleu, cada asistente tenía que aportar unos 20 euros para que salieran las cuentas, pero en promedio donaron cuatro euros.
La diócesis pidió a los fieles un gesto por haber podido ver al papa en Francia por vez primera, desde que lo visitara Benedicto XVI en 2008.