La máxima autoridad de la Iglesia Católica pidió que los jóvenes se replanteen la importancia del matrimonio.
El papa recalcó la importancia de los valores familiares.
El papa Francisco llamó a la Iglesia a "no excluir" a los cristianos separados o divorciados y entregarles apoyo para que "no se sientan excluidos de la misericordia de Dios".
En un discurso para obispos polacos que visitan el Vaticano, Francisco defendió la familia como el lugar donde "se aprende a convivir en la diversidad y a pertenecer a los otros donde los padres transmiten la fe a sus hijos", exhortando a los religiosos a "interrogarse y preguntarse" sobre la manera de ayudar a las familias tras la separación.
El argentino señaló que el matrimonio "hoy es considerado como una forma de gratificación afectiva que puede hacerse de cualquier manera y cambiarse según la sensibilidad de cada uno".
Francisco pidió a los jóvenes a reconsiderar la importancia del matrimonio para "que puedan descubrir siempre más la belleza de esta unión que, bien fundada sobre el amor y la responsabilidad, está capacitada para superar las pruebas, las dificultades, el egoísmo con el perdón recíproco".
El papa manifestó que en los tiempos actuales la labor de la Iglesia es convertirse en un "lugar de escucha, de diálogo, de conforto y apoyo para los esposos, en su camino conyugal y en su misión educativa".
