El papa Francisco alertó este jueves de que se necesitan "medidas estructurales urgentes" y "sacrificios" para sostener el fondo de pensiones de los empleados del Vaticano, "en riesgo de empeorar" ante "los recursos limitados" de la Santa Sede.
Los datos recabados en "los últimos análisis en profundidad hechos por expertos independientes indican un grave desequilibrio potencial del fondo, cuyo tamaño tiende a expandirse con el tiempo en ausencia de intervenciones", dijo el pontífice en una carta dirigida a los cardenales y responsables de las instituciones y oficinas de la Curia Romana.
Según Francisco, el sistema actual "no es capaz" de garantizar la aportación de pensiones "a las generaciones futuras" a medio plazo y "se necesitan medidas estructurales urgentes que ya no pueden posponerse para lograr la sostenibilidad del fondo".
Esto implicará "tomar decisiones difíciles que requerirán especial sensibilidad, generosidad y voluntad de sacrificio de todos", añadió.
Todo esto se enmarca "en el contexto general de recursos limitados" de la Santa Sede, dentro de una estrategia de alcanzar "el déficit cero" ante las dificultades económicas vigentes, dice el papa.
Se trata, agregó, de asegurar "una cobertura de seguridad social adecuada para empleados presentes y futuros, en perspectiva de justicia social y equidad entre las distintas generaciones".
También anunció el nombramiento del cardenal Kevin Farrell para el cargo administrador único del fondo de pensiones, una elección que en este momento supone "un paso esencial para responder a los retos" que presenta el sistema de seguridad social del Vaticano.
"A pesar de haber apreciado la aportación reflexiva de quienes se han ocupado de este delicado asunto en los últimos años, ahora creo que es fundamental transitar hacia esta nueva etapa, fundamental para la estabilidad y el bienestar de nuestra comunidad", explica Francisco.
Para ello, pide "colaboración especial para facilitar este nuevo e ineludible camino de cambio" y confía "en el apoyo de todos".
Francisco ya anunció el mes pasado una reducción salarial para los cardenales de la Curia romana como medida de contención del déficit de la Santa Sede, consistente en la suspensión, a partir de noviembre, del desembolso de bonos por secretaría y asignación de oficina que percibían como parte de su sueldo mensual.