El papa Francisco volvió a calificar las masacres de armenios en 1915 por orden de autoridades otomanas de "genocidio", expresión que el año pasado, cuando la pronunció, le costó una crisis diplomática con Turquía.
"En aquella ocasión se recordó el centenario del 'Metz Yeghérn', el 'Gran Mal', que azotó a vuestro pueblo y causó la muerte de una gran multitud de personas", dijo el papa en el palacio presidencial en Ereván ante el presidente de la República, Serge Sargsián, y el cuerpo diplomático.
Y añadió: "Aquella tragedia, aquel genocidio, por desgracia, inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo el aniquilamiento de poblaciones enteras".
En abril del año pasado, Francisco tildó de "genocidio" en una misa en el Vaticano las deportaciones masivas de armenios orquestadas por las autoridades otomanas en 1915, que derivaron en la muerte de un millón y medio de armenios.
Realidad innegable
El presidente Serge Sargsián reconoció que el genocidio armenio es "una realidad innegable" y agradeció al papa sus palabras del año pasado calificadas como "el primer genocidio del siglo XX".
Esto le costó al pontífice una crisis diplomática con Turquía, heredera del extinto Imperio Otomano, ya que Ankara rechaza el uso del mencionado y controvertido término al considerar estos hechos una consecuencia más de la Primera Guerra Mundial.
"Uno no puede sino creer en el triunfo de la justicia cuando en 100 años, un periodo que va de 1915 a 2015, el mensaje de la justicia está siendo llevado a la humanidad desde el corazón del mundo católico", dijo el presidente.
El presidente armenio dijo que su país "no busca culpables sino que solo desea que se llamen las cosas por su nombre" con el objetivo de avanzar en la reconciliación con su vecina occidental, Turquía, y Azerbaiyán, por el este y aliada de Ankara.