Rodrigo Elguera comentó en Cooperativa la mini gira que está realizando el líder católico por Norteamérica.
Señaló que la reunión que sostuvo Francisco ayer con el líder ortodoxo en Cuba no implica aún una "reconciliación".
El profesor destacó que todos los lugares que visite el pontífice tienen un simbolismo.
Rodrigo Elguera, profesor de la Academia Líderes Católicos y ex discípulo del papa Francisco durante diez años, conversó en El Diario de Cooperativa sobre la visita del pontífice a México y las implicancias de ésta para la compleja situación que vive el país en torno a temas de derechos humanos.
"Sin duda México es un país privilegiado por los papas. Ha sido visitado por los tres últimos, porque es un país bastante contradictorio: muy católico, pero al mismo tiempo sufre bastantes injusticias, temas de narcotráfico...".
Más allá de esto, "el papa siempre es una buena noticia para los países que visita", manifestó Elguera, quien, consultado por la expectativa que genera su intervención en temas como el de los estudiantes desaparecidos, señaló que "es súper importante entender que los lugares que él visitará no son al azar, sino que tienen un simbolismo y fueron escogidos para dar un mensaje".
"Por ejemplo, Chiapas es el lugar donde se concentra la mayor cantidad de indígenas y donde aparece el ejército separatista", dijo Elguera, que destacó cómo, por otra parte, en Ciudad de Juárez se concentran los principales carteles de narcotráfico.
Reunión con patriarca Kiril
En torno a la histórica reunión que sostuvo el pontífice con el patriarca ortodoxo ruso Kiril en La Habana -luego de casi mil años sin efectuarse un encuentro entre ambos representantes religiosos- dijo que "es muy de adelantarse (decir) que comienza la reconciliación".
"Como dijo el papa, vamos caminando y el caminar implica tiempo, paciencia, mucho diálogo, pero es un paso importantísimo", aclaró, aunque consideró que éste es un "llamado a la comunidad internacional, un llamado que es para todos, parte también el tema de la violencia y el tema de la persecución desde nosotros mismos, muchas veces no sólo los cristianos en oriente, en todas partes del mundo".
"En Chile, muchas veces uno que se confiesa cristiano, católico, creyente, las redes sociales constantemente te están vapuleando, no es la violencia física pero sí de palabra", reflexionó.
