El papa Francisco presidió esta jornada la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro del Vaticano y leyó después su mensaje de Pascua, en el que cargó contra el "exterminio" que se está cometiendo en Siria y pidió una solución a la crisis de Venezuela.
Sobre Venezuela, pidió que su pueblo, que "vive en una especie de 'tierra extranjera' en su propio país" encuentre "la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime, y no falten la acogida y asistencia a cuantos entre sus hijos están obligados a abandonar su patria".
Su discurso, cargado de mensajes en favor de la paz y del diálogo, condenó las "injusticias y violencias", la "miseria y exclusión", el "hambre" la "falta trabajo", el rechazo social hacia "los refugiados", "las víctimas del narcotráfico, de la trata de personas y de las distintas formas de esclavitud" actuales.
Sobre Siria, cuya "población está extenuada por una guerra que no tiene fin", llamó a "todos los responsables políticos y militares, para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo, se respete el derecho humanitario y se proceda a facilitar el acceso a las ayudas" que la población necesita "urgentemente".
Pidió sabiduría a las dos Coreas
Citó también la península coreana, donde deseó que "las conversaciones en curso promuevan la armonía y la pacificación de la región" y pidió a los responsables que "actúen con sabiduría y discernimiento para promover el bien del pueblo coreano y construir relaciones de confianza en el seno de la comunidad internacional".
Esperó que haya paz en "Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos, para Yemen y para todo el Medio Oriente".
Y condenó el hambre, los conflictos y el terrorismo en África, especialmente mencionó a Sudán del Sur y a República Democrática del Congo.