El papa Francisco criticó a los cristianos que van a misa todos los domingos pero que después pecan de "pereza" y "de formalismo".
"Pienso en tantos cristianos, que son católicos, pero sin entusiasmo y están amargados. Van a misa todos los domingos, pero después piensan que no deben implicarse. Que tienen su fe, pero no deben darla a conocer a los demás. Cada uno en su casa y así todos tranquilos, piensan", afirmó el pontífice en una misa realizada en su residencia, Casa Santa Marta.
Francisco declaró que esta es la "enfermedad de la pereza de los cristianos", quienes se convierten en "personas paradas, que no se preocupan por dar el anuncio del Evangelio".
"Es una enfermedad de algunos cristianos que van a misa, pero luego cuelgan el cártel de no molestar. No sirven. No hacen bien a la Iglesia", puntualizó.
Finalmente, criticó el "formalismo" como otro pecado de los católicos, ya "que sólo se preocupan de tener todos los documentos en regla, todos los certificados".