El papa Francisco arremetió este lunes contra la corrupción de políticos, empresarios y eclesiásticos y aseguró que son siempre los pobres quienes pagan sus consecuencias.
"En los periódicos leemos muchas veces historias de políticos que llevan ante los tribunales porque se habían enriquecido milagrosamente, y lo mismo del jefe de una empresa que se enriquecía explotando a sus trabajadores, o del prelado que se ha enriquecido demasiado dejando de lado sus deberes pastorales para ocuparse de su poder", dijo el papa durante la homilía de la misa que cada mañana celebra en su residencia, la Casa Santa Marta.
Bergoglio se inspiró en la historia que se narra en el Antiguo Testamento sobre Nabot, asesinado por no querer ceder parte de su viñedo.
"Hay corruptos en la política, corruptos en los negocios y corruptos eclesiásticos. Están por todas partes. La verdad es que la corrupción es un pecado fácil de cometer para quienes tienen autoridad sobre los demás", agregó.
"Mártires"
En opinión del pontífice, "son siempre los pobres, materiales y espirituales", quienes son los perjudicados: "Pagan los hospitales sin medicinas, los enfermos sin curas y los niños sin educación. Son ellos los modernos Nabot, que pagan por la corrupción de los grandes", explicó.
Sobre los eclesiásticos corruptos, el papa aseguró que pagan por ello "los niños que no saben el catecismo, los enfermos que no son curados, ni visitados y los presos a quienes no se les da atención espiritual".
Para el pontífice argentino, el único camino para salir de la corrupción y superar la tentación es "el servicio" porque, agrego, "la corrupción proviene del orgullo y la soberbia".
Francisco ofreció, entonces, la misa por todos los que pagan por esta corrupción, "por los mártires de la corrupción económica, política y eclesiástica".
Contra el peso excesivo de los mercados
El papa Francisco dijo también este lunes que es "intolerable" que "los mercados financieros gobiernen la suerte de los pueblos" y urgió a los gobiernos de todo el mundo a comprometerse para desarrollar un marco internacional que promueva la inversión social.
El pontífice argentino calificó de "escándalo" la especulación que existe, a su juicio, actualmente en los precios de los alimentos, y afirmó que esta práctica "tiene graves consecuencias para la seguridad alimentaria de los más pobres".
Las entidades financieras deben trabajar por el bien común de la sociedad, con especial incidencia en la ayuda a los más pobres, dijo Bergoglio durante un encuentro que mantuvo en el Vaticano con los participantes en la Conferencia "Invertir en los pobres", promovida por el Consejo Pontificio de la Justicia y de la Paz, en colaboración con la agencia humanitaria Catholic Relief Services y la escuela de negocios The Mendoza College of Business.
"El inversor que tiene impacto es aquel que es consciente de la existencia de situaciones de injusticia, de profunda desigualdad social y de las penosas condiciones en las que se encuentran poblaciones enteras", afirmó.
Asimismo, añadió que los buenos inversores serán aquellos que no utilicen sus recursos para especular, sino para cubrir las necesidades de acceso al agua, a una vivienda digna a un precio asequible, así como a los servicios de salud y educación de los más pobres.
"Estas inversiones deben tener un impacto social positivo para las poblaciones locales, como generar puestos de trabajo, posibilitar el acceso a la energía, o promover el incremento de la productividad agrícola. El beneficio financiero de estos inversores son mayores que en otros tipo de inversión", concluyó.
El papa Francisco participó el domingo en un encuentro en favor de los pobres en el barrio romano del Trastevere, donde afirmó que "Europa ha olvidado la palabra solidaridad" y dijo que "toda economía acaba convirtiéndose en avaricia".