El papa Francisco afirmó que el trato a los presos "mide la dignidad y la esperanza de una sociedad", en su último discurso en Baréin, donde llegó el pasado jueves, y después de que asociaciones pidiesen al pontífice que durante esta visita reclamase el respeto de los derechos humanos, la liberación de prisioneros políticos y el final de la pena capital.
Francisco concluyó su visita de cuatro días en Baréin con una reunión con el clero local en la catedral del Sagrado Corazón antes de partir hacia Roma y en su discurso elogió la labor de las religiosas que, como le contaron antes de su discurso, visitan a las mujeres en las cárceles para reconfortarlas.
El pontífice valoró que se les preste atención "porque allí donde hay hermanos necesitados, como los presos, está Jesús, Jesús herido en cada persona que sufre".
"Pero hacerse cargo de los detenidos nos ayuda a todos, como comunidad humana, porque según cómo se trate a los últimos es como se mide la dignidad y la esperanza de una sociedad", agregó.
Y agregó: "¿Saben lo que pienso yo cuando entro en la cárcel?¿Por qué ellos y no yo?".
En el primer discurso del papa Francisco ante las autoridades del país pidió rechazar la pena de muerte, así como le habían solicitado algunas organizaciones.
En el palacio real de Sakhir, ante las autoridades y el rey Hamad bin Isa Al Jalifa, Francisco se refirió "a la necesidad de defender el derecho a la vida, en la necesidad de garantizarlo siempre, también en relación con los que son castigados, cuya existencia no puede ser eliminada".
Este sábado, algunos familiares de condenados a muerte y de presos políticos en Baréin realizaron una pequeña protesta al mostrar algunas pancartas con sus peticiones de liberación de sus seres queridos al margen de la carretera por donde pasó la caravana del papa Francisco.
Un video de la protesta, que incluía a varias mujeres y niños, fue publicado en línea por el Instituto de Derechos y Democracia de Baréin (BIRD) con sede en Londres y por el grupo disuelto de oposición al-Wefaq de Bahrein.
En el discurso a las autoridades, Francisco también recordó que la Constitución del país establece que "no debe haber ninguna discriminación en base al sexo, a la procedencia, a la lengua, a la religión o al credo" y que "la libertad de conciencia es absoluta" y que "el Estado tutela la inviolabilidad del culto".