El papa Francisco visitó este lunes el Museo del Holocausto Yad Vashen, ubicado en Jerusalén, Israel, donde pidió que "nunca más" se produza un horror como el genocidio de los judíos, que calificó como "una monstruosidad" de la que los hombres deben "avergonzarse".
Francisco pronunció una sentida oración tras saludar a siete sobrevivientes del Holocausto, encender el "fuego de la memoria" y rezar ante una corona de flores que le presentaron una niña católica y un niño judío.
El papa llegó al museo acompañado por el presidente de Israel, Simón Peres, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, tras convertirse en el primer pontífice en visitar la tumba de Theodor Herzl, fundador del sionismo, y hacer una parada inesperada en el memorial de víctimas israelíes del terrorismo.
"En este lugar, memorial de la Shoah, resuena esta pregunta de Dios: 'Adán, ¿dónde estás?'. Esta pregunta contiene todo el dolor del Padre que ha perdido a su hijo", afirmó Francisco, que fue recibido por un coro de niños que cantó una canción compuesta por una víctima del horror nazi en Bulgaria.
"Ese grito: '¿Dónde estás?', aquí, ante la tragedia inconmensurable del Holocausto, resuena como una voz que se pierde en un abismo sin fondo. Hombre, ¿dónde estás? Ya no te reconozco. ¿Quién eres, hombre? ¿En qué te has convertido? ¿Cómo has sido capaz de este horror?", declamó el papa en un ambiente de profundo recogimiento.
"Con la vergüenza de lo que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, fue capaz de hacer. Con la vergüenza de que el hombre se haya hecho dueño del mal. Con la vergüenza de que el hombre, creyéndose Dios, haya sacrificado, así, a sus hermanos. '¡Nunca más! ¡Nunca más!'", escribió el papa, en español, en el libro de visitas del Museo.
"Este abismo no puede ser sólo obra tuya, de tus manos, de tu corazón. ¿Quién te ha corrompido? ¿Quién te ha desfigurado? ¿Quién te ha contagiado la presunción de apropiarte del bien y del mal? ¿Quién te ha convencido de que eres dios?", dijo el pontífice, en un discurso que fue alabado por la prensa israelí.
"No sólo has torturado y asesinado a tus hermanos, sino que los has ofrecido en sacrificio a ti mismo, porque te has erigido en dios", agregó el papa.
"Dios nos salve de esta monstruosidad. Acuérdate de nosotros en tu misericordia. Danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer, de avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que tú modelaste del barro, que tú vivificaste con tu aliento de vida. ¡Nunca más, Señor, nunca más! Aquí estoy, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, ha sido capaz de hacer. Acuérdate de nosotros en tu misericordia", concluyó Francisco.
El acto terminó con unas palabras escritas por el pontífice en el libro de invitados y la entrega de un cuadro dibujado por un niño de trece años, quien también compuso una canción entonada hoy por el coro, antes de morir un año después en uno de los guetos de Europa.